Simbiosis. Revista de Educación y Psicología, Volumen
4, No. 8, julio-diciembre 2024, ISSN-e:
2992-6904, Páginas 147 - 163
Análisis del Concepto de Experiencias Adversas
en la Infancia en el Contexto Mexicano
Theoretical Analysis
of Adverse Childhood Experiences in the Mexican Context B
Análise Teórica
das Experiências Adversas
na Infância no Contexto Mexicano
https://orcid.org/0009- 0003-6817-9705
Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo, Michoacan, México
https://orcid.org/0000-0003-0418-3193
Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo, Michoacan, México
https://orcid.org/0000- 0003-4585-7211
Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo, Michoacan, México
https://orcid.org/0000- 0002-9972-0264
Universidad de Colima, Colima, México
https://orcid.org/0000- 0002-7126-5351
Hospital Infantil de México Federico Gómez, Instituto Nacional de Rehabilitación, Ciudad de México,
México
https://doi.org/10.59993/simbiosis.V.4i8.57
Ensayo recibido
13 de febrero 2024 | arbitrado el 10 de marzo 2024 | aceptado
14 de abril 2024 | publicado 01 de julio 2024
La comprensión de las
Experiencias Adversas en la Infancia (EAI) es clave para atender los retos que
enfrenta la población mexicana durante la infancia. Esta revisión teórica tiene como objetivo explorar
las EAI presentes en México, a partir de la revisión
de la evolución conceptual del constructo, los dominios y categorías de
adversidad, y la descripción de adversidades específicas encontradas en este contexto.
En la discusión se
sintetizan los principales hallazgos y conclusiones de cada aspecto considerado
para la revisión teórica, los retos metodológicos y limitaciones del estudio de las EAI en México, así como las implicaciones para la
investigación y la práctica en futuros estudios.
Palabras clave: Experiencias adversas en la infancia; Revisión teórica; México
Understanding Adverse Childhood
Experiences (ACEs) is key to addressing the challenges
faced by the Mexican population during
childhood. This theoretical review aims to explore ACEs present in Mexico by examining the conceptual evolution
of the construct, domains and categories of adversity, and the
description of specific adversities found in
this context. The discussion synthesizes the main findings and conclusions of
each aspect considered for the theoretical review, methodological challenges, and limitations of
studying ACEs in Mexico, as well as implications for research and practice in
future studies.
Keywords: Adverse childhood experiences;
Theoretical review; Mexico
A compreensão das Experiências Adversas na Infância
(EAI) é fundamental para lidar com os desafios enfrentados pela população
mexicana durante a infância. Esta revisão teórica tem como objetivo explorar as EAI presentes no México, através
da revisão da evolução
conceptual do construto, dos domínios e
categorias de adversidade, e da descrição de adversidades específicas
encontradas neste contexto. Na discussão, são sintetizados os principais
achados e conclusões de cada aspecto considerado para a revisão teórica, os desafios
metodológicos e limitações do estudo das EAI no México,
bem como as implicações
para a pesquisa
e a prática em estudos
futuros.
Palavras-chave: Experiências adversas na infancia;
Revisão teórica; México
Las Experiencias Adversas en la Infancia (EAI) han sido objeto de estudio en el campo de la psicología,
destacando su impacto significativo en la salud física y mental de los
individuos a lo largo de su vida. El término Adverse Childhood
Experiences (ACE) fue utilizado por Felitti et al. (1998) en el estudio del mismo nombre para referirse
a una serie de eventos
que ocurren en los primeros años de vida y que están asociados con una variedad
de problemas de salud
pública en los Estados Unidos. Estas asociaciones se obtuvieron evaluando los principales problemas de salud en este país y
mediante el desarrollo y aplicación de una herramienta de evaluación, el Cuestionario de Experiencias Adversas en la Infancia
(ACE-Q). Este consta de una escala dicotómica en la que se reporta haber vivido experiencias de
maltrato infantil y distintas
formas de disfunción en el hogar durante los primeros 18 años de vida.
Entre las conclusiones más relevantes de
ese estudio y que sirvieron de base para investigaciones
posteriores, se enfatizó que la acumulación e impacto
dosis-respuesta de las EAI pueden conducir a un deterioro emocional,
social y cognitivo que se vincula con
la adopción de comportamientos de riesgo
a lo largo de la vida, pudiendo
derivar en enfermedades,
discapacidad o problemas sociales que aumentan el riesgo de una muerte
prematura (Felitti
et al., 1998). Se discutió también la presencia de posibles
mediadores entre la relación de las EAI y las consecuencias a la salud
durante la adultez, como las actitudes y comportamientos hacia la salud,
la atención médica, la sensibilidad a las sensaciones
internas o el funcionamiento fisiológico en los centros
cerebrales y los sistemas de neurotransmisores. Sin embargo,
estas afirmaciones se hicieron al margen de las limitaciones del estudio y la interpretación de los
resultados del autoinforme retrospectivo del ACE-Q.
Con la publicación de estos hallazgos en la
comunidad científica, se inició un conjunto de investigaciones con el objetivo de replicar el estudio original
(Brown et al., 2010; Dong et al., 2004; Dube et al.,
2001; Anda et al., 2006), expandir la lista de experiencias consideradas como adversas (Finkelhor et al., 2015; Cronholm et al., 2015; Koita et al., 2018) e
investigar el impacto de estas experiencias para profundizar en las
asociaciones encontradas en el estudio ACE (Choi et al., 2020). Estas investigaciones permitieron reconocer uno
de los problemas metodológicos al estudiar este fenómeno: la heterogeneidad en cómo se conceptualizan las EAI
(Appleton et al., 2017). La falta de consenso en la definición de las EAI facilitó la inconsistencia en su
clasificación y evaluación, limitando la comparabilidad
de los estudios
y la comprensión global del fenómeno
(Kelly-Irving y Delpierre, 2019).
De hecho, estos problemas de conceptualización son el principal reto para investigar el constructo en e
contexto mexicano. En el
país no
se cuenta con datos de prevalencia sobre este fenómeno de estudio, pues las estimaciones realizadas por el
Instituto Nacional de
Estadística y Geografía [INEGI] no evalúan las EAI de forma que los datos puedan compararse
con estudios a nivel mundial
(Álvarez de Lara, 2013). Se ha discutido
la existencia de factores como la ubicación
geográfica, la exposición a la violencia e inseguridad
comunitaria, la falta de recursos y servicios de apoyo,
las desigualdades sociales
y económicas, así como las diferencias culturales y
normas sociales
que pueden influir en la
percepción de las adversidades en diferentes grupos demográficos de México (Álvarez
de Lara, 2013; Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia
[UNICEF], 2014).
Además, la UNICEF (2014) afirma que existen
tres
retos para obtener datos representativos de las EAI en el país: 1) hay formas de violencia
socialmente aceptadas, por lo
que sus efectos negativos no se perciben como perjudiciales y por lo tanto no
se reportan; 2) dado que ocurren en la infancia, quienes
son víctimas de estas experiencias nunca o casi nunca reportan
estos eventos; y 3) la escasez e inconsistencia
de los datos sobre esta problemática, puede llevar a subestimar
su relevancia para la salud y el bienestar
en la población.
En consecuencia, esta disponibilidad
limitada de datos sobre la prevalencia en México dificulta su conceptualización
y la identificación de las adversidades específicas a las que se expone su
población. Por lo tanto, esta revisión teórica tiene como objetivo
explorar las EAI presentes en México,
partiendo de una revisión de la
evolución conceptual del constructo, sus dominios y categorías a lo largo del tiempo, y la descripción de las
adversidades específicas en el contexto mexicano.
La conceptualización de las EAI ha experimentado una evolución a
lo largo del tiempo, generando cambios en la comprensión del fenómeno.
Inicialmente en el estudio ACE no se propuso como tal una definición conceptual de las EAI, sino que se entendieron como un conjunto de eventos asociados
con problemas de salud en la adultez
(Felitti et al., 1998).
La omisión de una definición conceptual en las investigaciones sobre EAI fue
frecuente en años posteriores, como en las investigaciones que replicaron
el estudio original (Dong et al., 2004; Dube et al., 2001). En investigaciones
instrumentales, la tendencia fue retomar definiciones conceptuales de otros autores
(Mei et al., 2022; Ford et al., 2014),
definir a las EAI nombrando los dominios y categorías
de adversidad (Afifi et al., 2017; Bethell et al., 2017; Conway y Lewis, 2022; Ho et al., 2019; Meinck et al., 2017; Morril et al., 2020) o se omitió su definición por completo
(Mersky et al., 2016; 2021; Wingenfeld et al., 2011).
En investigaciones empíricas, las EAI se han
definido a partir de su asociación con problemas de salud, problemas
del desarrollo y en la trayectoria
educativa durante la infancia (Vega-Arce y Núñez- Ulloa, 2017), y a partir de sus consecuencias negativas a lo largo de la vida (Hughes et al., 2017). Sin embargo,
Dada entonces su relevancia, algunos investigadores
mostraron interés en desarrollar una definición
conceptual del constructo a partir de la revisión
teórica de distintas propuestas para conceptualizarlo.
Kalmakis y Chandler
(2014) propusieron una definición que ha sido frecuentemente citada. Las
definieron como una serie de eventos que ocurren en el
entorno familiar o social, caracterizados por su acumulación, su capacidad de
causar daño y distrés, y su variabilidad en cuanto a su severidad y cronicidad. Esta definición, si bien parece demasiado
general y poco precisa, destaca por identificar y describir una serie de
características que pueden facilitar la comprensión de qué eventos podrían ser considerados
como adversos. A continuación, se profundiza
en cada una de ellas:
Las EAI son acumulativas. Se dice que la
acumulación de eventos estresantes puede dificultar la capacidad de afrontamiento de nuevas
adversidades, la tolerancia a las respuestas de estrés
que generan, y una asociación
dosis respuesta entre la acumulación de adversidades, los problemas de salud y las alteraciones en el desarrollo
cognitivo y socioemocional a lo largo de la vida (Bright et al.,
2015; Burke et al., 2011; Clarkson, 2014; Jimenez et al., 2016;
Roberts et al., 2013; Wing et al., 2015).
Las EAI pueden generar daño. Existen experiencias que implican un daño directo como las adversidades relacionadas al maltrato
infantil y la negligencia (Leeb et al., 2008; Klein et al., 2007),
o experiencias que generan
un deterioro indirecto como el vivir en un
ambiente disfuncional o perjudicial dentro del hogar (Roustit
et al., 2009). Asimismo, la ausencia de experiencias positivas puede considerarse como otra forma de afección
en este periodo de desarrollo
(Kalmakis y Chandler,
2014).
Las EAI pueden generar distrés. Como resultado de una exposición prolongada o intensa a estresores ambientales que alteran la respuesta neurobiológica (Soares et al., 2021), el distrés puede manifestarse
y exacerbarse cuando no se cuenta con recursos personales, familiares y/o medioambientales para afrontar los estresores (Vega-Arce y Núñez-Ulloa, 2017).
Las EAI varían en su severidad. La percepción de estos eventos puede
variar según la interpretación de cada individuo
y su contexto de exposición, por lo que su impacto
a lo largo de la vida también
dependerá en cierta medida
de estos aspectos
(Chan & Yeung, 2009; Negriff, 2020; Pinto-Cortez et al., 2018).
Las EAI varían en su cronicidad. La
exposición reiterada a estos eventos, se ha asociado con la adopción de
comportamientos de riesgo y estilos de vida poco saludables, que aumenta el riesgo de desarrollar psicopatologías (Jirapramukpitak et al., 2011) o enfermedades (Schafer y Ferraro, 2011) que pueden volverse
crónicas y tener consecuencias
graves en la salud (Centers
for Disease Control and Prevention
[CDC], 2018).
En conjunto, estas características
facilitan la identificación y comprensión de cuáles eventos estresantes podrían ser considerados como adversos. Sin embargo,
queda claro que siguiendo este
enfoque, gran número de experiencias de vida podrían incluirse
en el constructo,
por lo que utilizar esta definición no garantiza lograr una conceptualización que resulte óptima.
Al respecto, la CDC (2018) agencia nacional de salud pública
en Estados Unidos,
promueve la investigación de las EAI a nivel global haciendo hincapié en
la importancia de identificar las adversidades de cada población y contexto de
estudio. Esta agencia definió recientemente a las EAI como eventos potencialmente traumáticos que ocurren
en la infancia, a pesar de las críticas y la insistencia de la comunidad científica de que debe
diferenciarse la adversidad del trauma, pues son constructos diferentes (CDC 2020).
Esta contradicción sugiere
que el problema en
la conceptualización aún persiste, y que el origen de este problema
puede ser la necesidad de conceptualizar el constructo a partir de cada contexto
donde se investiga. Por lo tanto, si se desea hablar de las EAI en el contexto mexicano,
es necesario comprender cuál ha sido el proceso de reformulación
y reconceptualización de los dominios y categorías de adversidad a lo largo
de su investigación.
Debido a la complejidad del constructo, la
heterogeneidad en su conceptualización y su investigación en distintas poblaciones y contextos, los
dominios y categorías de adversidad se han modificado conforme se avanza en el conocimiento
del fenómeno de estudio. Por ello es
necesario hacer una síntesis de algunas de estas propuestas para discutir
cuáles de estas EAI pueden ser relevantes en el
contexto mexicano.
Los dominios de adversidad iniciales se establecieron en el estudio ACE (Felitti et al., 1998): en
el dominio de maltrato infantil
se incluyeron las categorías de maltrato físico,
emocional y abuso sexual; y en el dominio de disfunción en el hogar, se incluyeron las categorías de abuso de sustancias
en el hogar, violencia hacia la madre/madrastra, la enfermedad mental de un miembro del hogar, el encarcelamiento
de un miembro del hogar, y la separación o divorcio
de los padres.
En la segunda fase del estudio ACE, se añadió un tercer dominio denominado como negligencia
(Dong et al., 2004), en el que se incluyeron las categorías de negligencia física y emocional. Durante años las EAI se delimitaron a estos tres dominios y diez categorías de adversidad,
evaluadas mediante el ACE-Q y recibiendo amplia difusión
por parte de la CDC.
A partir de definiciones conceptuales como la propuesta por Kalmakis y
Chandler (2014), se consideró que eventos estresantes que ocurren en el entorno social podrían considerarse
como adversidades y no solo aquellos que ocurren en el entorno familiar, por lo
que se añadió un cuarto dominio en el que se incluyeron categorías de
adversidad denominadas como factores sociales, determinantes sociales
de la salud u otros estresores,
asociados con problemas
de salud y el desarrollo.
Las categorías de adversidad del cuarto
dominio, se han incorporado a partir de distintas investigaciones. Cronholm et al. (2015)
añadieron las categorías de ser testigo de violencia, discriminación, vivir
en un vecindario inseguro, matonaje y haber vivido en
un orfanato. Finkelhor et al. (2015), incluyeron las
categorías de tener un bajo nivel socioeconómico, victimización por pares, aislamiento
o rechazo de pares y exposición a violencia en la comunidad. Koita
et al. (2018) sumaron las categorías de violencia comunitaria, discriminación,
inestabilidad habitacional, inseguridad alimentaria y baja cohesión
familiar. Cabe mencionar que estas propuestas
reformularon y/o reconceptualizaron algunas de las
categorías de adversidad definidas previamente, y estos cambios se muestran en la Tabla 1.
Asimismo, Hawes
et al. (2021) retomaron adversidades propuestas previamente para los dominios
de maltrato infantil, negligencia y disfunción
en el hogar, y además
incluyeron nuevas categorías de adversidad
como resultado de la revisión de distintos estudios: haber tenido una enfermedad
o accidente grave, pérdida de educación, aislamiento, rechazo
o exclusión por pares, victimización por pares, vivir un desastre
natural, pobreza o problemas económicos graves, vivir
en un vecindario peligroso o violento,
pérdida o separación de quien
brinda protección o seguridad, migración debido a la
guerra, violencia y/o persecusión, discriminación,
aislamiento o expulsión de una comunidad, grupo cultural o localidad, exposición a violencia extrema o
violencia en el entorno,
exposición a la guerra y muerte de un hermano, familiar
cercano o amigo.
Por otro lado,
en estudios instrumentales para evaluar el constructo de EAI también
se incluyeron categorías
de adversidad adicionales. Conway y Lewin (2022) consideraron añadir categorías de adversidad
relacionadas con la migración; Schnarrs et al. (2022) tomaron en cuenta categorías de adversidad
relacionadas con la pertenencia a minorías sexuales y de
género. En estos estudios no se consideró evaluar las categorías típicas de EAI, sino que se centraron en formas de adversidad
que afectan a poblaciones
específicas.
Queda claro que el desarrollo de estudios
instrumentales para evaluar
las EAI ha facilitado la incorporación
de nuevas categorías de adversidad. Si bien existen más propuestas que añaden categorías
de adversidad o reformulan los dominios existentes,
en la Tabla 1 se muestra una agrupación de estos cambios a partir de los estudios
mencionados en esta revisión.
Tabla 1. Dominios y categorías de adversidad
|
Categorías de adversidad |
|
||||||||||||||
|
Dominios |
Felitti et al. (1998), Dong et al. (2004): |
Cronholm et al. (2015): |
Finkelhor et al. (2015): |
Koita et al. (2018): |
Hawes et al. (2021): |
Conway y Lewin (2022); |
Schnarrs et al. (2022): |
|
|||||||
|
Maltrato infantil |
Maltrato emocional. |
Maltrato emocional. |
Maltrato emocional. |
Maltrato emocional. |
Maltrato emocional. |
|
|
|
|||||||
|
|
Maltrato físico. Abuso sexual
por contacto. |
Maltrato físico. Abuso sexual |
Maltrato físico. |
Maltrato físico. |
Maltrato físico. Abuso sexual |
|
|||||||||
|
|
|
|
Asalto sexual. |
|
|
|
|||||||||
|
|
|
|
|
Abuso sexual |
|
|
|||||||||
|
Disfunción en el hogar |
Madre o madrastra tratada violentamente. |
Abuso de sustancias de
un miembro del hogar. |
Abuso de sustancias de un miembro del hogar. |
Separación del cuidador. |
Abuso de sustancias de
un miembro del hogar. |
|
|
|
|||||||
|
|
Abuso de sustancias en el hogar. Enfermedad mental
de un miembro del hogar. Separación de los padres
o divorcio. Encarcelamiento de un miembro del hogar. |
Enfermedad mental
de un miembro del hogar. Encarcelamiento de un miembro del hogar. Testigo de violencia doméstica. |
Madre tratada violentamente. Enfermedad mental
de un miembro del hogar. Separación de los padres
o divorcio. |
Violencia doméstica. Uso de sustancias del cuidador. Enfermedad mental del cuidador. |
Depresión, enfermedad mental
o intento de suicido de un
miembro del hogar. Arresto o encarcelamiento de un miembro del hogar. |
|
|||||||||
|
|
|
|
Encarcelamiento de un miembro del hogar. |
Negligencia emocional. |
Violencia doméstica. |
|
|||||||||
|
|
|
|
|
Negligencia física. |
Negligencia emocional. |
|
|||||||||
|
|
|
|
|
|
Negligencia física. |
|
|||||||||
Categorías de adversidad |
||||||||||||||||
Dominios |
Felitti et al. (1998), Dong et al.
(2004): |
Cronholm et al. (2015): |
Finkelhor et al. (2015): |
Koita et al. (2018): |
Hawes et al. (2021): |
Conway y Lewin (2022); |
Schnarrs et al. (2022): |
|||||||||
Negligencia |
Negligencia emocional. Negligencia física. |
Negligencia emocional. Negligencia física. |
Negligencia emocional. Negligencia física. |
Negligencia emocional. Negligencia física. |
Negligencia emocional. Negligencia física. |
|
|
|||||||||
|
|
Testigo de violencia. Discriminación. Vecindario inseguro. Matonajea. Haber vivido
en un orfanato. |
Bajo nivel
socioeconómico. Victimización por pares. Aislamiento o rechazo de pares. Exposición a violencia en la comunidad. |
Violencia comunitaria. Discriminación. Inestabilidad habitacional. Inseguridad alimentaria. Baja cohesión familiar. |
Enfermedad o accidente grave. Pérdida de educación. Aislamiento, rechazo o
exclusión por pares. Victimización por pares. Vivir un desastre natural. Pobreza o problemas económicos graves. |
Adversidades relacionadas con la migración. |
Adversidades relacionadas con la pertenencia a minorías sexuales y de género. |
|||||||||
Factores sociales, determinantes sociales
de la salud u otros estresores |
|
|
||||||||||||||
|
|
|
|
Vivir
en un vecindario peligroso o violento. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Pérdida o separación de quien brinda protección o seguridad. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Migración debido
a la guerra, violencia y/o persecución. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Discriminación. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Aislamiento o expulsión
de una comunidad, grupo
cultural o localidad. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Exposición a violencia extrema o violencia en el entorno. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Exposición a la guerra. |
|
|||||||||||
|
|
|
|
Muerte
de un hermano, familiar cercano o amigo. |
|
|||||||||||
a = se refiere a la conducta
de quien impone
su voluntad por medio de amenazas o terror.
Fuente. Elaboración propia.
Hasta este punto se observa
que conforme la investigación
en EAI avanza, se incluyen en el constructo adversidades que pueden manifestarse en el entorno social y no solamente en el entorno
familiar; sin embargo, es necesario conocer
cuáles de estas experiencias están presentes en contextos
y poblaciones específicas para guiar los siguientes pasos en la investigación de este fenómeno
de estudio
(CDC, 2018). En el contexto mexicano, existen características únicas como
diferencias culturales, sociales y económicas que influyen en la manifestación de adversidades específicas.
La identificación de adversidades
específicas es fundamental para comprender los retos que enfrentarán los individuos de un entorno particular
a lo largo de sus vidas. Explorar
las adversidades del contexto
mexicano ofrece una mejor comprensióndel constructo en este país, y la oportunidad
de contrastar las categorías de adversidad encontradas
en la revisión teórica de la literatura.
Recientemente en México se realizó un estudio de traducción y validación de la Adverse Life Experiences Scale (ALES) (Manuscrito en revisión), instrumento creado para evaluar la exposición a adversidades a lo largo de la vida (Hawes et al., 2021). Se obtuvieron
datos sobre veintitrés categorías de adversidad en una muestra de 766 adultos mexicanos, mismos que pueden observarse en la Tabla 2.
Tabla 2. Frecuencia de las categorías de adversidad en población mexicana
|
Categorías
de adversidad |
Tipo de respuesta |
Recuentos
(n =
766) |
Proporción |
p |
||
|
Enfermedad o accidente grave |
Nunca |
391 |
0.510 |
0.588 |
||
|
Alguna vez |
309 |
0.403 |
< .001 |
|||
|
|
Varias veces |
66 |
0.086 |
< .001 |
||
|
|
Nunca |
514 |
0.671 |
< .001 |
||
|
Pérdida de educación |
Alguna vez |
190 |
0.248 |
< .001 |
||
|
|
Varias veces |
47 |
0.061 |
< .001 |
||
|
|
Todo el tiempo |
15 |
0.020 |
< .001 |
||
|
|
Nunca |
259 |
0.338 |
< .001 |
||
|
Aislamiento, rechazo o exclusión por pares |
Alguna vez |
305 |
0.398 |
< .001 |
||
|
Varias veces |
179 |
0.234 |
< .001 |
|||
|
|
Todo el tiempo |
23 |
0.030 |
< .001 |
||
|
|
Nunca |
274 |
0.358 |
< .001 |
||
|
Victimización por pares |
Alguna vez |
333 |
0.435 |
< .001 |
||
|
|
Varias veces |
148 |
0.193 |
< .001 |
||
|
|
Todo el tiempo |
11 |
0.014 |
< .001 |
||
|
|
Nunca |
588 |
0.768 |
< .001 |
||
|
Vivir un desastre natural |
Alguna vez |
157 |
0.205 |
< .001 |
||
|
Varias veces |
18 |
0.023 |
< .001 |
|||
|
|
Todo el tiempo |
3 |
0.004 |
< .001 |
||
|
|
Nunca |
310 |
0.405 |
< .001 |
||
|
Pobreza o problemas
económicos graves |
Alguna vez |
317 |
0.414 |
< .001 |
||
|
Varias veces |
126 |
0.164 |
< .001 |
|||
|
|
Todo el tiempo |
13 |
0.017 |
< .001 |
||
|
|
Nunca |
510 |
0.666 |
< .001 |
||
|
Vivir en un vecindario peligroso o violento |
Alguna vez |
166 |
0.217 |
< .001 |
||
|
Varias veces |
56 |
0.073 |
< .001 |
|||
|
|
Todo el tiempo |
34 |
0.044 |
< .001 |
||
Categorías de adversidad |
Tipo de respuesta |
Recuentos
(n =
766) |
Proporción |
p |
|
||
|
Nunca |
561 |
0.732 |
< .001 |
|
||
Negligencia física |
Alguna vez |
141 |
0.184 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
60 |
0.078 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
4 |
0.005 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
294 |
0.384 |
< .001 |
|
||
Maltrato emocional |
Alguna vez |
305 |
0.398 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
155 |
0.202 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
12 |
0.016 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
336 |
0.439 |
< .001 |
|
||
Negligencia emocional |
Alguna vez |
278 |
0.363 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
131 |
0.171 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
21 |
0.027 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
544 |
0.710 |
< .001 |
|
||
Pérdida o separación de quien brinda
protección o seguridad |
Alguna vez |
183 |
0.239 |
< .001 |
|
||
Varias veces |
39 |
0.051 |
< .001 |
|
|||
|
Nunca |
418 |
0.546 |
0.013 |
|
||
Violencia doméstica |
Alguna vez |
250 |
0.326 |
< .001 |
|
||
Varias veces |
87 |
0.114 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
11 |
0.014 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
417 |
0.544 |
0.015 |
|
||
Abuso de sustancias de un
miembro del hogar |
Alguna vez |
213 |
0.278 |
< .001 |
|
||
Varias veces |
82 |
0.107 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
54 |
0.070 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
507 |
0.662 |
< .001 |
|
||
Depresión, enfermedad mental o intento de suicidio de un miembro del hogar |
Alguna vez |
205 |
0.268 |
< .001 |
|
||
Varias veces |
38 |
0.050 |
< .001 |
|
|||
Todo el tiempo |
16 |
0.021 |
< .001 |
|
|||
|
Nunca |
548 |
0.715 |
< .001 |
|
||
Arresto o encarcelamiento
de un miembro del hogar |
Alguna vez |
190 |
0.248 |
< .001 |
|
||
Varias veces |
23 |
0.030 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
5 |
0.007 |
< .001 |
|
||
Migración debido
a la guerra, violencia y/o persecución |
Nunca |
744 |
0.971 |
< .001 |
|
||
Alguna vez |
17 |
0.022 |
< .001 |
|
|||
Varias veces |
3 |
0.004 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
2 |
0.003 |
< .001 |
|
||
Discriminación |
Nunca |
515 |
0.672 |
< .001 |
|
||
|
Alguna vez |
181 |
0.236 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
62 |
0.081 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
8 |
0.010 |
< .001 |
|
||
Aislamiento
o expulsión de una comunidad, grupo cultural o localidad |
Nunca |
697 |
0.910 |
< .001 |
|
||
Alguna vez |
52 |
0.068 |
< .001 |
|
|||
Varias veces |
16 |
0.021 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
1 |
0.001 |
< .001 |
|
||
Categorías de adversidad |
Tipo de respuesta |
Recuentos
(n =
766) |
Proporción |
p |
|
||
Maltrato físico |
Nunca |
425 |
0.555 |
0.003 |
|
||
|
Alguna vez |
219 |
0.286 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
118 |
0.154 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
4 |
0.005 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
654 |
0.854 |
< .001 |
|
||
Abuso sexual |
Alguna vez |
82 |
0.107 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
28 |
0.037 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
2 |
0.003 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
549 |
0.717 |
< .001 |
|
||
Aislamiento, rechazo o exclusión por pares |
Alguna vez |
180 |
0.235 |
< .001 |
|
||
Varias veces |
36 |
0.047 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
1 |
0.001 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
724 |
0.945 |
< .001 |
|
||
Victimización por pares |
Alguna vez |
31 |
0.040 |
< .001 |
|
||
|
Varias veces |
10 |
0.013 |
< .001 |
|
||
|
Todo el tiempo |
1 |
0.001 |
< .001 |
|
||
|
Nunca |
217 |
0.283 |
< .001 |
|
||
Muerte
de un hermano, familiar cercano o amigo |
Alguna vez |
381 |
0.497 |
0.914 |
|
||
Varias veces |
166 |
0.217 |
< .001 |
|
|||
|
Todo el tiempo |
2 |
0.003 |
< .001 |
|
||
Nota.
El valor p indica la significancia estadística de la asociación entre las
categorías de adversidad y el tipo de respuesta. Un valor menor que 0.05 indica
que es poco probable que la asociación observada sea el resultado del azar.
Fuente. (Manuscrito en revisión).
En estos datos sobre la frecuencia de la
exposición a EAI, se destaca que las adversidades
mayormente reportadas se encuentra aislamiento, rechazo o exclusión
por pares, la victimización entre pares, el maltrato
emocional, la negligencia emocional
y la muerte de un hermano,
familiar o amigo cercano.
La frecuencia reportada
de estos eventos sugiere
que es importante analizar a mayor profundidad si estas experiencias deberían considerarse como
adversidades en el contexto
mexicano, a excepción
del maltrato emocional
y la negligencia emocional
que se han investigado previamente dentro del constructo
(Nevarez Mendoza y Ochoa Meza, 2022).
Asimismo, los eventos menos reportados por la
muestra de estudio fueron el vivir un desastre natural, la migración debido a la guerra, violencia
y/o persecusión, el aislamiento o expulsión de una
comunidad, grupo cultural o localidad, el abuso sexual y la exposición
a la guerra. Estos datos sugieren
que la presencia de estas adversidades en el contexto
mexicano es escasa más no inexistente, por lo que se tendría que valorarse la posibilidad de excluir estos eventos del constructo de EAI. Sin embargo, esto no aplica
con el abuso sexual, que ha sido un evento fuertemente asociado con consecuencias negativas
(Negriff, 2020) y que ha formado parte del constructo
desde sus inicios (Felitti et al., 1998). Es posible
que esta y otras adversidades sean difíciles de reportar
por diferentes motivos, y no se debe subestimar su relevancia en distintos contextos (UNICEF, 2014).
Por otro lado, en el ítem veinticuatro del ALES se pide a los participantes escribir si experimentaron una o varias adversidades adicionales no contempladas en el resto de ítems del instrumento. En la Tabla
3 se muestran las categorías de adversidad específicas
en contexto mexicano,
resultado del reporte
de lo que personas
adultas de este país recuerdan
haber experimentado durante su
infancia y que consideran como eventos sumamente
estresantes.
Tabla 2. Categorías
de adversidad específicas en contexto mexicano
Clasificación |
Categorías
de adversidad |
Adversidades relacionadas con la seguridad personal |
Intento de secuestro
Secuestro Asalto
con arma de fuego Asalto con arma blanca Haber presenciado un tiroteo Extorsión |
Adversidades relacionadas con eventos de violencia extrema |
Asesinato de familiares Peleas callejeras |
Adversidades familiares y sociales |
Presión por el peso
o la apariencia física |
Al examinar las
respuestas de
los participantes, se
observa que las EAI abarcan situaciones que amenazan directamente la seguridad
e integridad física, situaciones de violencia extrema y situaciones
que pueden generar
presión familiar o social por el
peso
o la apariencia física. Estos eventos considerados
como adversos por parte de los participantes muestran algunos de los retos a los que se enfrentan quienes se desarrollan en este contexto a lo largo de sus vidas.
Cabe mencionar que no se añadieron en la Tabla 3 las adversidades que previamente fueron reportadas
en la Tabla 2.
En resumen, estos datos enfatizan la necesidad de una mayor comprensión de las EAI en el contexto
mexicano, que tenga en cuenta tanto las adversidades tradicionales como aquellas específicas de la realidad sociocultural del país. Los hallazgos de esta revisión pueden guiar la identificación de cuáles eventos que ocurren a temprana edad tendrían que considerarse
como adversos
en este contexto.
El objetivo de esta revisión teórica ha
sido identificar las EAI presentes en el contexto mexicano,
a partir de 1) la revisión de la evolución conceptual del constructo; 2) sus dominios y categorías, así como
3) la descripción de las adversidades específicas en el contexto mexicano.
En la revisión de la evolución conceptual
del constructo, el principal hallazgo es que en la actualidad
se continúa teniendo problemas para definir a las EAI, y esta falta de claridad
conceptual y de criterios para discriminar
lo que define a una experiencia como adversa conlleva nuevos problemas en su clasificación
y evaluación. La heterogeneidad en su definición conceptual ha sido influenciada por el hecho
de la mayoría de los estudios
sobre EAI se han realizado en el contexto estadounidense, y la insistencia de la CDC (2018) en que el constructo
debe de adaptarse a las poblaciones y contextos de estudio.
En investigaciones iniciales de EAI, la tendencia fue enumerar
las categorías de adversidad para conceptualizarlas o definirlas a partir de su
asociación con problemas de salud y el
desarrollo a
lo largo de la vida (Felitti et al., 1998; Dube et
al., 2001; Dong et
al., 2004). Estos son aspectos relevantes
para comprender el constructo, pero no son una definición
conceptual. Un constructo cuya
comprensión depende de las normas sociales, desigualdades económicas, y las diferencias en la realidad sociocultural y
demográfica de cada contexto puede resultar impreciso y dificultar
la comprensión global del constructo (Álvarez de Lara, 2013). Por lo
tanto, si no se establece un consenso para conceptualizar las EAI, se mantendrá
la inconsistencia en su clasificación
y medición (Kelly- Irving y Delpierre, 2019).
Asimismo, las características de las EAI revisadas pueden ayudar a delimitar el problema de
investigación, pero no
funcionan como una definición conceptual. En el estudio ACE (Felitti et al., 1998) se discutía
el posible efecto neurobiológico de las EAI en quienes sufren una alta exposición
y acumulación de estos eventos.
Ahora se sabe a partir de numerosos
estudios que existen fuertes asociaciones entre las EAI y distintas
medidas de biomarcadores para el sistema inmunológico, para la estructura y funcionamiento
cerebral y para la genética
y epigenética (Soares et al., 2021), por lo que este puede ser un acercamiento
óptimo para conceptualizar las EAI aunado al cumplimiento de las
características descritas por Kalmakis y Chandler
(2014).
En cuanto a las adversidades asociadas con biomarcadores del sistema inmunológico, se ha encontrado
que el maltrato físico, emocional, abuso sexual, negligencia física, negligencia emocional y otros estresores de vida están
fuertemente correlacionados de manera
positiva con el cortisol.
El
abuso sexual y otros estresores de vida se asocian
positivamente con el IL-6, mientras que varios tipos
de victimización severa en mujeres,
el acoso escolar
en víctimas, el abuso sexual y otros estresores de vida muestran
una relación positiva
con el CRP. Por otro lado, se observa una asociación
negativa entre el cortisol
y el maltrato físico, emocional, negligencia
física, abuso sexual
y acoso escolar en hombres,
así como una relación
negativa entre el CRP y el acoso escolar en acosadores.
En relación con los marcadores biológicos que influyen en la estructura y
funcionamiento cerebral, se ha encontrado que el maltrato físico, emocional,
abuso sexual y negligencia física muestran asociaciones positivas con el volumen del hipocampo, mientras
que otros estresores de vida están relacionados positivamente con la conectividad
funcional de la amígdala. Sin embargo, el maltrato,
maltrato emocional, negligencia emocional y otros estresores de vida exhiben
asociaciones negativas con el volumen del hipocampo. Asimismo, el maltrato
físico, emocional, abuso sexual, negligencia
física, negligencia emocional y otros estresores de vida están fuertemente asociados negativamente con la materia gris. Se observa una fuerte
correlación negativa entre el abuso sexual
y el BDNF, mientras que el maltrato físico,
abuso sexual y ser testigo
de violencia doméstica están negativamente asociados con la morfometría basada en vóxeles.
Y con respecto a los marcadores biológicos para la genética y epigenética, se ha
encontrado que el maltrato físico, emocional, abuso sexual, negligencia
física, negligencia emocional, vivir en hogares de acogida, ser testigo de violencia doméstica
y otros estresores de vida están positivamente
asociados con la metilación del ADN. Además, se ha observado una
fuerte correlación positiva
entre otros estresores de vida y NR3C1, CpG1, CpG2 y SLC64. Por otro lado, el maltrato físico, emocional, abuso sexual, negligencia física y negligencia emocional
están positivamente asociados
con NR3C1, mientras que estas mismas experiencias, junto con haber crecido en un hogar de
acogida, exhiben una asociación negativa
con la metilación
del ADN. Varios estresores de vida también
muestran una asociación negativa con CpG3, y el maltrato físico,
acoso escolar y otros estresores de vida están negativamente asociados con la longitud
de los telómeros.
Estas asociaciones sugieren la presencia de
mecanismos biológicos subyacentes que pueden estar implicados en los efectos de las EAI en la infancia,
y los efectos a largo
plazo en la edad adulta. Además, estos hallazgos
sugieren un enfoque
para discernir cuáles
experiencias deberían ser consideradas adversas, por lo que una definición
conceptual apropiada considerando la definición expuesta
por Kalmakis y Chandler (2014), sería que las
EAI son eventos que generan
daño y distrés, y debido a su
severidad y frecuencia pueden producir un impacto
neurobiológico potencialmente crónico. Esta definición incluye
las características del constructo
de adversidad así como su impacto biológico y psicológico a largo plazo.
La claridad conceptual es esencial para mejorar la clasificación y medición del constructo en futuros estudios.
Sobre la revisión de los dominios y categorías de adversidad, el principal hallazgo es que los cambios
en la clasificación y la inclusión de nuevas categorías de adversidad han sido
influenciados por la heterogeneidad de su
conceptualización (Appleton et
al., 2017), los hallazgos de investigaciones realizadas
en Estados Unidos (Felitti et al., 1998; Dong
et al., 2004; Cronholm et al., 2015; Finkelhor et al., 2015; Koita et al., 2018) y en otros contextos y poblaciones
(Afifi et al., 2020; Hawes et al., 2021; Ho et al., 2019; Kazeem et
al., 2015; Kidman et al., 2019; Camille et al., 2023; Meinck et al., 2017; Wingenfeld et al., 2011). Se encontró que adaptar la comprensión de las EAI a cada contexto puede generar dificultades,
pues esto facilita la inclusión
excesiva de adversidades en la clasificación y medición del constructo sin tener
claridad conceptual.
En cuanto a la identificación de
adversidades específicas en el contexto mexicano, las adversidades
relacionadas con la seguridad personal reflejan una realidad
actual en la que los altos índices de violencia,
delincuencia y la presencia del crimen organizado en diferentes comunidades y territorios, promueve
la percepción de inseguridad dentro del país. Con las adversidades relacionadas con eventos de violencia
extrema ocurre algo similar. Estas preocupaciones
además de representar una amenaza directa para cada individuo y su familia contribuyen a la percepción
de inseguridad, vulnerabilidad y deterioro
del entorno de desarrollo
de la población mexicana. Y con respecto
a las adversidades familiares y sociales,
se sabe qué condiciones de salud pública en México
como la obesidad,
el sobrepeso o la diabetes tienen
relación con el entorno familiar
y social, por lo que llama la atención que la presión por
el peso y la apariencia física haya sido identificada como una EAI por
adultos mexicanos.
Con respecto a los retos metodológicos de investigar
las EAI en el país, es necesario desarrollar
instrumentos de evaluación que capturen las adversidades relevantes para el contexto mexicano, pues utilizar
herramientas como el ACE-Q o sus adaptaciones puede
omitir su identificación. Para la investigación y la práctica,
se considera que es necesaria la colaboración
entre investigadores, profesionales de la salud y responsables de desarrollar
políticas públicas para abordar este fenómeno de estudio en el país. En futuros estudios
se contempla el desarrollo de un instrumento que logre capturar las adversidades relevantes y
específicas para el contexto mexicano tomando en cuenta los hallazgos
de esta revisión teórica.
Afifi, T. O., Ford, D., Gershoff, E. T., Merrick,
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