Simbiosis. Revista de Educación y Psicología, Vol. 5, No. 9, Enero - Julio 2024, ISSN-e: 2992-6904, Páginas 51-64

 

Danza infantil para desarrollar la psicomotricidad gruesa en los niños de Educación Inicial

Children’s dance to develop gross psychomotor skills in Early Education children

Dança infantil para desenvolver habilidades psicomotoras grossas em crianças da Educação Infantil

 

Karolina Elizabeth Ante Ramírez

karolina.ante2808@utc.edu.ec

https://orcid.org/0009-0004-8864-1095

Universidad Técnica de Cotopaxi, Pujilí, Ecuador

Ruth Katerine Vega Porras

ruth.vega9534@utc.edu.ec

https://orcid.org/0009-0001-1767-6686/

Universidad Técnica de Cotopaxi, Pujilí, Ecuador

María Fernanda Constante Barragán

maria.constante@utc.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-1611-0672

Universidad Técnica de Cotopaxi, Pujilí, Ecuador

 

| Artículo recibido 10 de junio 2024 | arbitrado 20 de julio 2024 | aceptado 01 de septiembre 2024 | publicado 03 de enero 2025

https://doi.org/10.59993/simbiosis.V.5i9.62

 

RESUMEN

La danza desempeña un papel fundamental en la educación de los niños. El objetivo del trabajo fue evaluar la danza infantil como herramienta para desarrollar la psicomotricidad gruesa. El estudio se realizó en la Unidad Educativa “Victoria Vásconez Cuvi” con una muestra de 30 estudiantes. Se empleó una ficha de observación validada por expertos. Las habilidades evaluadas incluyeron correr, saltar, lanzar, atrapar, patear, equilibrio y control corporal. Después de la observación inicial, se aplicaron los talleres de danza de 60 minutos. Estos comenzaron con calentamiento y ejercicios de estiramiento, seguidos de actividades coreográficas simples que fomentaban la coordinación, ritmo y expresión corporal. Los indicadores obtenidos en la evaluación de habilidades motoras revelaron un panorama diverso. Los resultados indicaron que los niños muestran progresos notables en su coordinación motora. La evaluación de la danza infantil como herramienta para desarrollar la psicomotricidad gruesa es crucial para mejorar habilidades motrices.

Palabras clave: Psicomotricidad; Habilidades; Autodescubrimiento; Danza infantil ; Experiencia

 

ABSTRACT

Dance plays a fundamental role in children’s education. The aim of this work was to evaluate children’s dance as a tool for developing gross motor skills. The study was conducted at the “Victoria Vásconez Cuvi” Educational Unit with a sample of 30 students. A validated observation sheet was used by experts. The skills evaluated included running, jumping, throwing, catching, kicking, balance, and body control. After the initial observation, 60-minute dance workshops were implemented. These began with warm-up and stretching exercises, followed by simple choreographic activities that encouraged coordination, rhythm, and body expression. The indicators obtained in the motor skills assessment revealed a diverse picture. The results indicated that children show remarkable progress in their motor coordination. Evaluating children’s dance as a tool for developing gross motor skills is crucial for enhancing motor abilities.

Keywords: Psychomotor skills; Skills; Discovery; Children’s dance; Experience

 

RESUMO

A dança desempenha um papel fundamental na educação das crianças. O objetivo deste trabalho foi avaliar a dança infantil como ferramenta para desenvolver habilidades motoras grossas. O estudo foi realizado na Unidade Educacional “Victoria Vásconez Cuvi” com uma amostra de 30 alunos. Uma ficha de observação validada por especialistas foi utilizada. As habilidades avaliadas incluíram correr, pular, arremessar, pegar, chutar, equilíbrio e controle corporal. Após a observação inicial, foram implementados workshops de dança de 60 minutos. Estes começaram com exercícios de aquecimento e alongamento, seguidos de atividades coreográficas simples que incentivavam a coordenação, o ritmo e a expressão corporal. Os indicadores obtidos na avaliação das habilidades motoras revelaram um panorama diversificado. Os resultados indicaram que as crianças mostram progresso notável em sua coordenação motora. Avaliar a dança infantil como ferramenta para desenvolver habilidades motoras grossas é crucial para melhorar as habilidades motoras.

Palavras-chave: Habilidades psicomotoras; Habilidades; Escoberta; Dança infantil; Experiencia

 

INTRODUCCIÓN

La danza desempeña un papel fundamental en la educación de los niños, ya que no solo promueve el desarrollo físico, sino que también enriquece su aprendizaje emocional y social. A través esta, pueden expresar sus sentimientos y emociones de manera creativa, que les ayuda a desarrollar habilidades de comunicación y a aumentar su autoestima. Además, su práctica fomenta la disciplina y la concentración, habilidades esenciales para el éxito académico. Al participar en actividades de grupo, los niños aprenden a trabajar en equipo, respetar turnos y colaborar, fortaleciendo así sus vínculos sociales (Abellan-Rosello, 2021).

La psicomotricidad gruesa se refiere al conjunto de habilidades motoras que los niños desarrollan a través de movimientos amplios y coordinados, involucrando grandes grupos musculares. Este tipo de motricidad incluye actividades como caminar, correr, saltar y escalar, y es esencial para el desarrollo físico y cognitivo de los pequeños. A medida que los infantes la mejoran, fortalecen su equilibrio, coordinación y control corporal, lo que contribuye a su autoestima y confianza en sí mismos. Además, el desarrollo de estas habilidades es crucial para el aprendizaje, ya que está estrechamente relacionado con la atención y la capacidad de concentración en otras áreas educativas (Constante et al., 2017).

Su afectación puede tener diversas consecuencias, entre los problemas más comunes es el trastorno del desarrollo de la coordinación, que se manifiesta en dificultades para realizar movimientos precisos y coordinados, lo que puede llevar a una ejecución torpe de actividades cotidianas. Además, un retraso en el desarrollo motor puede ser evidente si los niños no alcanzan hitos importantes, como sentarse sin apoyo o caminar en los plazos esperados. Estas limitaciones pueden restringir la capacidad del niño para explorar su entorno, afectando su desarrollo cognitivo, social y emocional (Arias-Huánuco et al., 2020).

Por lo tanto, es crucial fomentarla a través de actividades lúdicas y seguras, y, en caso de observar dificultades, buscar la orientación de profesionales para una evaluación y posible intervención. En tal sentido, la danza puede ser una herramienta efectiva para mejorar la psicomotricidad gruesa en los niños, ya que promueve el desarrollo de habilidades motoras esenciales a través de movimientos rítmicos y expresivos. Diversos estudios demuestran que la práctica de la danza no solo contribuye a la mejora de la coordinación, el equilibrio y la fuerza, sino que también influye positivamente en el desarrollo cognitivo y social (Mendoza-Alcívar & ZambranoRivera, 2021).

Por ejemplo, una investigación realizada en una institución educativa reveló que los niños que participaron en actividades de danza mostraron mejoras significativas en su capacidad para realizar movimientos como saltar y caminar en línea, lo que indica un fortalecimiento de sus habilidades psicomotrices. Además, se ha encontrado que la psicomotricidad gruesa está relacionada con el desarrollo de relaciones espaciales, lo que significa que a medida que los niños mejoran su coordinación y equilibrio a través de la danza, también pueden comprender mejor su entorno y cómo interactuar con él (Moya, 1995).

Este tipo de actividad no solo apoya el desarrollo físico, sino que también promueve la autoestima y la confianza en sí mismos, aspectos cruciales para el bienestar emocional de los niños. La danza, al ser una actividad lúdica y creativa, permite a los niños explorar su cuerpo y el espacio que los rodea, facilitando así la creación de conexiones neuronales que son fundamentales para su desarrollo integral. Por lo tanto, incorporar la danza en la educación infantil puede ser un enfoque valioso para fomentar la psicomotricidad gruesa y, en consecuencia, el desarrollo integral de los niños (Garrido, 1998).

En ese contexto, la problemática del desarrollo de la psicomotricidad gruesa en los niños se manifiesta en dificultades con sus miembros superiores, afectando su capacidad para realizar actividades básicas como correr y saltar. Estas limitaciones no solo repercuten en su desarrollo físico, sino que también impactan negativamente en su autoestima y participación en actividades grupales. Para abordar esta situación, se han propuesto talleres de danza infantil, que buscan mejorar la psicomotricidad gruesa a través de una metodología que fomente movimientos corporales amplios en un ambiente seguro y cómodo. Al integrar la música y el ritmo en estas actividades, se pretende no solo mejorar sus habilidades motoras, sino también estimular su creatividad y socialización, contribuyendo así a su desarrollo integral.

El objetivo del trabajo es evaluar la danza infantil como herramienta para desarrollar la psicomotricidad gruesa en los niños de educación inicial.

 

MÉTODO

El estudio se realizó bajo un enfoque cuantitativo descriptivo en la unidad educativa “Victoria Vásconez Cuvi localizada en Ecuador.

La población de estudio estuvo conformada por estudiantes de primaria con edades entre 6 y 11 años con diversas psicomotricidades gruesas que permitió obtener una evaluación representativa del desarrollo motor en dicho rango etario. La muestra estuvo constituida por 30 estudiantes, de los cuales 18 eran niñas y 12 eran niños. Se empleó un muestreo no probabilístico por conveniencia para seleccionar a los participantes.

Para la recolección de información, se utilizó una ficha de observación, instrumento diseñado para registrar de manera sistemática y objetiva las conductas y características de los niños en un contexto específico. La ficha fue elaborada específicamente para evaluar el desarrollo de la psicomotricidad gruesa antes y después de la implementación de los talleres de danza infantil. Antes de su aplicación, el instrumento fue validado por expertos en educación inicial y psicomotricidad. Además, se llevó a cabo una prueba piloto con un grupo similar al de la muestra, que permitió asegurar la claridad y relevancia de los ítems incluidos. La ficha de observación constó de las siguientes secciones:

Datos del niño: Edad, género y contexto de observación.

Conductas observadas: Se registraron conductas específicas, como, interacción con otros niños, participación en actividades grupales, habilidades motoras. Cada conducta se describió de manera detallada, utilizando un lenguaje claro y preciso.

Características del contexto: Se anotaron detalles sobre el entorno en el que se realizó la observación, “el aula, el patio de recreo, así como las condiciones ambientales que podrían influir en el comportamiento del niño.

Los elementos mencionados anteriormente facilitaron un registro organizado de los datos más significativos obtenidos durante la investigación, además de servir como un valioso instrumento de aprendizaje.

Para la evaluación de la psicomotricidad gruesa de los niños se implementaron las siguientes habilidades:

Correr: Se organizaron carreras cortas en un espacio seguro, cronometrando el tiempo para evaluar la velocidad y la resistencia de los niños.

Salto: Se implementaron ejercicios de salto en diferentes direcciones (vertical y horizontal), utilizando colchonetas y obstáculos para garantizar la seguridad y efectividad de la práctica.

Tirar y atrapar: Se llevaron a cabo juegos de lanzamiento y captura con pelotas de distintos tamaños, adaptando las actividades a las habilidades de cada niño. Se comenzó con distancias cortas y se aumentó gradualmente la dificultad.

Patear: Se organizaron actividades de fútbol y juegos de pateo, donde los niños lo practicaron hacia objetivos específicos, promoviendo la precisión y la coordinación.

La evaluación del equilibrio en niños se realizó a través de la Prueba de Romberg, donde se solicitó a los niños que se mantuvieran de pie con los ojos cerrados y los pies juntos, observando su estabilidad. También se llevaron a cabo pruebas de equilibrio dinámico, que incluyeron actividades como caminar sobre una línea recta y saltar en una pierna. La fuerza se midió mediante flexiones y sentadillas, contando el número de repeticiones en 30 segundos, y levantamiento de peso adaptado a la edad del niño. El control corporal se evaluó a través de ejercicios que requerían lanzar y atrapar objetos, así como la observación del desempeño en juegos que involucraban habilidades motoras complejas.

Los resultados de cada prueba se registraron y se analizaron utilizando una rúbrica de evaluación que asigna puntuaciones en una escala del 0% al 100%. Esta metodología permitió una evaluación estructurada y objetiva del desarrollo motor en los niños, facilitando la identificación de áreas que requieren mejora y el seguimiento del progreso a lo largo del tiempo.

La recolección de datos se llevó a cabo en dos momentos: una observación inicial antes de la implementación de los talleres de danza y una observación final después de la intervención. Los datos obtenidos fueron analizados utilizando estadística descriptiva para determinar el impacto de los talleres en el desarrollo de la psicomotricidad gruesa de los niños.

Posteriormente, se aplicaron los talleres de danza, los cuales consistieron en una serie de actividades diseñadas para promover el desarrollo de habilidades motoras amplias en niños en la etapa inicial de educación. Estos se estructuraron en sesiones semanales, cada una con una duración de aproximadamente 60 minutos. Su contenido incluyó una variedad de estilos de danza moderna, folclórica y movimientos creativos, adaptados a las capacidades y edades de los participantes. Cada sesión comenzó con un calentamiento que incluyó ejercicios de estiramiento y movilidad articular, preparando así a los niños para la actividad física. A continuación, se introdujeron actividades coreográficas simples que fomentaban la coordinación, el ritmo y la expresión corporal. Los niños fueron animados a participar de manera activa, que facilitó el aprendizaje, promovió su autoestima y confianza en sí mismos.

Se incorporaron juegos de grupo que requerían colaboración y trabajo en equipo, lo que ayudó a desarrollar habilidades sociales y de comunicación entre los participantes. Durante cada taller, se prestó especial atención a la observación y evaluación del progreso de los niños, registrando su capacidad para seguir instrucciones, mantener el equilibrio y ejecutar movimientos con precisión. Para asegurar un ambiente seguro y motivador, se utilizaron materiales como colchonetas, cintas y pelotas, que permitieron a los niños explorar diferentes formas de movimiento. También se implementaron dinámicas de retroalimentación positiva, donde se elogiaban los esfuerzos y logros individuales, fomentando así un clima de apoyo y camaradería.

Se utilizó un diseño descriptivo y comparativo que permitió evaluar las diferencias en el rendimiento entre ambos géneros antes y después de la intervección danzaria y el análisis de los coeficientes de regresión de las habilidades motoras antes de la intervención. Se utilizó un diseño descriptivo y correlacional, permitiendo la identificación de relaciones entre variables. Los datos se analizaron utilizando el software estadístico SPSS (versión 26).

 

RESULTADOS

Los indicadores obtenidos en la evaluación de habilidades motoras de niños con diferentes grados de dificultades tabla (1), revelaron un panorama diverso. Los niños con un desarrollo motor típico muestran un desempeño excelente en áreas como la coordinación al correr, saltar y lanzar, manteniendo una postura adecuada y demostrando fuerza, precisión y equilibrio. Por otro lado, los niños con dificultades motoras presentan deficiencias significativas, evidenciadas en movimientos descoordinados, tropiezos frecuentes al caminar, problemas para manipular objetos y mantener el equilibrio. Estas diferencias se reflejan en pruebas específicas que evalúan habilidades motoras. Los resultados de estas evaluaciones permiten identificar a los niños que requieren intervención temprana para fortalecer su desarrollo motor y prevenir posibles dificultades de aprendizaje asociadas.

 

Tabla 1. Puntuaciones y conductas observadas en niños y niñas antes de la intervención

 

Los resultados obtenidos de las pruebas de salto revelaron promedios significativos en el rendimiento físico de niñas y niños, con excelentes habilidades motoras.

Sin embargo, los infantes con habilidades motoras buenas, aceptables y pobres estuvieron por debajo del promedio. Existieron diferencias significativas entre estos.

 

Tabla 2. Análisis de las pruebas de salto en niñas y niños antes de la intervención

 

Los resultados obtenidos de las pruebas de velocidad revelaron que los niños y niñas con habilidades motoras más desarrolladas presentaron promedios de velocidad significativamente mejores en comparación con aquellos menos desarrolladas.

Este hallazgo sugiere una correlación positiva entre el nivel de destreza motora y el rendimiento en pruebas de velocidad, indicando que los niños y niñas que exhiben un mayor control y coordinación en sus movimientos tienden a completar las carreras en tiempos más cortos. Existieron diferencias significativas entre los diferentes grupos.

 

Tabla 3. Análisis de las pruebas de velocidad en niñas y niños antes de la intervención

 

En general, para niños en este rango de edad, los tiempos pueden oscilar entre 4 a 6 segundos para completar 20 metros si se consideran habilidades motoras bien desarrolladas. Los niños más pequeños (6 años) tienden a ser un poco más lentos, mientras que los de 11 años, que están más cerca de la pubertad, pueden alcanzar tiempos más rápidos debido a su mayor desarrollo físico y coordinación.

Los resultados (Tabla 4) mostraron una fuerte correlación positiva entre coordinación y fuerza en niños con habilidades motoras excelentes (r=0.85), con aproximadamente el 75% de la variabilidad en coordinación explicada por cambios en fuerza. En niños con habilidades buenas, la correlación es moderadamente fuerte (r=0.70), con un 49% de variabilidad explicada. En habilidades aceptables, la correlación es moderada (r=0.55), sugiriendo que programas de fortalecimiento podrían mejorar coordinación. En habilidades pobres, la correlación existe, pero no es determinante. Aunque la fuerza es un factor clave, especialmente en excelentes habilidades, otros factores como control postural, equilibrio y maduración neurológica también influyen. La relación no es perfectamente causal.

Los resultados del análisis de regresión revelan una relación muy fuerte entre el equilibrio y el control motor en niños con habilidades motoras excelentes, con un coeficiente de 0.84, cercano a 1. Esto sugiere que los niños con un buen equilibrio tienden a tener un mejor control motor, y viceversa. En contraste, en los niños con habilidades motoras pobres, el coeficiente de regresión es de 0.39, indicando que, aunque existe una relación positiva entre el equilibrio y el control motor, esta es débil. Esto implica que, si bien los niños con habilidades motoras pobres pueden mostrar alguna mejora en el control motor a medida que mejora su equilibrio, la relación no es lo suficientemente fuerte como para hacer predicciones confiables. Los valores de los coeficientes de regresión en los niños con habilidades motoras buenas y aceptables reflejaron valores de 0.71 y 0.54 respectivamente, lo que sugiere una relación positiva moderada entre el equilibrio y el control motor en estos niveles de habilidad.

En conjunto, estos hallazgos resaltan la importancia del equilibrio en el desarrollo motor, especialmente en los niveles de habilidad más altos, donde una relación más fuerte entre el equilibrio y el control motor puede facilitar la adquisición de habilidades motoras más complejas.

 

Tabla 4. Coeficientes de regresión para habilidades motoras antes de la intervención

 

Los resultados de diversas investigaciones indican que la intervención a través de la danza tiene un impacto positivo en el desarrollo psicomotor de niños y niñas. Se observó una mejora significativa en aspectos como el esquema corporal, la coordinación motora gruesa y la ejecución de ejercicios motores complejos tras participar en talleres de danza. Estos talleres no solo contribuyen al desarrollo físico, sino que también fomentan la socialización y la expresión emocional, creando un ambiente propicio para el aprendizaje y la interacción.

 

Tabla 5. Puntuaciones observadas en niños y niñas después de la intervención danzaría

 

Los resultados de las pruebas de salto realizadas después de la intervención danzaría mostraron mejoras significativas en el rendimiento de los niños y niñas. Tras participar en los talleres de danza, se observó un aumento en la altura y la técnica de salto, lo que indica un desarrollo positivo en la psicomotricidad gruesa. Estas mejoras no solo reflejan un avance físico, sino que también sugieren un incremento en la confianza y la motivación de los pequeños para participar en actividades físicas.

 

Tabla 6. Análisis de las pruebas de salto en niñas y niños después de la intervención

 

Por otra parte, los resultados de la prueba de velocidad también mostraron mejoras muy favorables tras la intervención danzaría. Los niños y niñas que participaron en los talleres demostraron un aumento significativo en su capacidad para correr, evidenciado por tiempos de reacción más rápidos y una mayor agilidad en sus movimientos.

 

Tabla 7. Análisis de las pruebas de salto en niñas y niños después de la intervención

 

Los indicadores obtenidos en la evaluación final, destinada a medir todos los indicadores pertinentes, demostraron significativos progresos en estos aspectos, destacando el impacto positivo de la intervención mediante el taller de danza.

 

DISCUSIÓN

La danza, como una forma ancestral de expresión corporal, ocupa un lugar fundamental en la sociedad contemporánea, al facilitar la ejecución de movimientos en sincronía con la música. Este arte se manifiesta no solo como un medio para que los niños expresen sus emociones y sentimientos, sino también como un catalizador para su desarrollo integral en múltiples dimensiones: física, cognitiva, motriz y expresiva. Su práctica proporciona una plataforma única que les permite explorar y comunicar su mundo interno, favoreciendo así la conexión entre sus experiencias emocionales y su expresión corporal (Abellan-Rosello, 2021).

Estudios realizados por Abellan-Rosello, (2021) destacan es una metodología efectiva para fortalecer la psicomotricidad infantil. A través de la realización de movimientos coordinados y rítmicos, los niños no solo mejoran su capacidad motora, sino que también desarrollan habilidades fundamentales como el equilibrio, la agilidad y la coordinación. Estos beneficios son particularmente cruciales durante las etapas tempranas del desarrollo, ya que establecen las bases para un crecimiento saludable y fomentan una mayor autoconfianza en sus habilidades físicas.

De igual manera estudios realizados por (Vicente et al., 2010) demuestran que su integración en programas educativos y actividades recreativas podría, por lo tanto, ser altamente beneficiosa. No solo contribuye al desarrollo físico de los niños, sino que también les ofrece herramientas valiosas para la expresión emocional y la socialización. En este contexto, es vital que se le reconozca no solo como una actividad artística, sino como una estrategia pedagógica que enriquece la experiencia de aprendizaje y promueve el bienestar integral de los niños. Este enfoque puede tener un impacto significativo en su desarrollo, preparando el terreno para una vida más equilibrada y satisfactoria.

Los estudios realizados Shalom, (2023), destacan la danza no solo como una actividad recreativa, sino como una herramienta pedagógica valiosa que contribuye al bienestar integral de los niños. Esta perspectiva es fundamental al considerar su inclusión en programas educativos y actividades extracurriculares, ya que su potencial trasciende el ámbito artístico, convirtiéndose en un vehículo para el desarrollo holístico de los niños.

La implementación de la danza en el entorno educativo puede enriquecer significativamente la experiencia de aprendizaje. Al integrar la danza en el currículo escolar, se ofrece a los niños la oportunidad de explorar su creatividad y desarrollar una mayor conciencia corporal, lo que a su vez puede mejorar su autoestima y autoconfianza. Además, este enfoque permite que los educadores reconozcan y valoren tanto las habilidades artísticas como el crecimiento personal de los estudiantes, creando un ambiente en el que se fomente la inclusión y la diversidad (Garrido, 1998).

La danza se erige como una metodología efectiva para fortalecer la psicomotricidad infantil. A través de la realización de movimientos coordinados y rítmicos, los niños no solo mejoran su capacidad motora, sino que también desarrollan habilidades como el equilibrio, la agilidad y la coordinación. Estos beneficios son cruciales en las etapas tempranas del desarrollo, ya que sientan las bases para un crecimiento saludable y una mayor autoconfianza en sus habilidades físicas (Abellán-Roselló, 2021).

Los indicadores obtenidos en la evaluación final, que midieron diversos aspectos relacionados con la coordinación motora de los niños de educación inicial en la Unidad Educativa “Victoria Vásconez Cuvi”, reflejan resultados positivos tras la implementación de un taller de danza infantil. Este enfoque no solo resalta la efectividad de la danza como herramienta pedagógica, sino que también evidencia su impacto significativo en el desarrollo motor de los niños.

Los resultados indican que los niños muestran progresos notables en su coordinación motora, lo que sugiere que la danza puede ser un medio eficaz para mejorar habilidades motoras fundamentales en la primera infancia. La danza, al combinar movimientos rítmicos y coordinados, permite a los niños no solo ejercitar su cuerpo, sino también desarrollar una mayor conciencia de sus capacidades motoras. Este desarrollo es crucial en la educación inicial, ya que sienta las bases para habilidades motrices más complejas que se adquirirán en etapas posteriores (Calvo, 2013).

Además, la intervención mediante el taller de danza se alinea con estudios previos que han demostrado la relación positiva entre la práctica de la danza y el desarrollo de la coordinación motora en niños. Por ejemplo, investigaciones han señalado que la danza no solo mejora la motricidad gruesa, sino que también contribuye al desarrollo de habilidades como el equilibrio y la agilidad, elementos esenciales para el crecimiento físico y emocional de los niños (Vicente et al., 2010).

Es fundamental considerar la inclusión de la danza en los programas educativos y actividades extracurriculares, no solo como una forma de expresión artística, sino como un componente integral del desarrollo infantil. Este enfoque puede enriquecer la experiencia de aprendizaje, promoviendo un entorno en el que se valoren tanto las habilidades artísticas como el desarrollo físico y emocional. La implementación de talleres de danza en contextos educativos podría, por lo tanto, ser una estrategia efectiva para mejorar la coordinación motora y, en consecuencia, el bienestar integral de los niños (González, 2021).

Por otra parte, El análisis del indicador de evaluación centrado en la comunicación a través de la danza revela un avance significativo en la capacidad de expresión y movimiento corporal de los niños y niñas participantes. Este hallazgo es indicativo de que la implementación de talleres de danza infantil ha tenido un impacto positivo en el desarrollo de sus competencias comunicativas. La capacidad de los niños para expresarse mediante el movimiento no solo refleja un dominio técnico de las habilidades trabajadas durante la intervención, sino que también sugiere un crecimiento en su autoconfianza y en su capacidad para interactuar con los demás a través de formas no verbales de comunicación (Arias-Huánuco et al., 2020).

La danza, como forma de arte, permite a los niños explorar y expresar sus emociones de manera creativa, lo que puede ser especialmente beneficioso en la primera infancia, una etapa en la que el desarrollo del lenguaje verbal aún está en proceso. La capacidad de comunicarse a través del movimiento puede servir como un puente que facilita la expresión de sentimientos y pensamientos que, de otro modo, podrían ser difíciles de articular. Este aspecto es fundamental, ya que la comunicación efectiva es una competencia clave que influye en el desarrollo social y emocional de los niños (Vicente et al., 2010).

Además, los resultados sugieren que los talleres de danza no solo fomentan habilidades motoras, sino que también promueven la empatía y la conexión social entre los participantes. A través de la danza, los niños aprenden a observar y responder a las expresiones corporales de sus compañeros, lo que puede enriquecer su comprensión emocional y su capacidad para interactuar en grupo. Este aprendizaje social es esencial, ya que contribuye a la formación de relaciones saludables y a la construcción de un sentido de comunidad en el aula (Abellán-Roselló, 2021).

Cabe resaltar que se observó un avance significativo después de la ejecución de las actividades de danza estos resultados reflejaron su efectividad donde obtuvieron un enfoque pedagógico adoptado a las necesidades de los niños, donde las actividades diseñadas no solo lograron captar su interés y fomentar una participación activa, sino que también desempeñaron un papel esencial en la expansión de su movimiento del cuerpo es así que la incorporación de ritmos y repeticiones en las letras de las canciones no solo estimuló la creatividad lingüística de los niños, sino que también contribuyó de manera significativa a su capacidad para expresar y detallar características de personas y objetos de manera más efectiva (Diaz-Paz, 2018).

Los resultados obtenidos al evaluar el taller de la danza en los niños obtuvieron un rol importante en el fomento de las actividades motoras ya que fue potenciado por los movimientos donde fueron adquiriendo mucha coordinación entre los pies y las manos por ello, requirieron mover adecuadamente algunos músculos, esto permitió a los niños en general a mantener una postura incrementando en sus bailes de esta manera los niños brincan de un lado a otro sin ninguna dificultad, sacuden su cabeza de acuerdo al ritmo la misma dinámica se hace con las manos, es así donde ayudo mucho a desarrollar el tono muscular (Roa et al., 2019).

La aplicación del taller de danza no solo ha logrado capturar el beneficio y la colaboración positiva en los niños, sino también fue demostrado ser un recurso valioso para fortalecer sus habilidades de implementación auditiva y comprensión del contenido de las actividades creativas. Este resultado destaca la importancia de integrar métodos educativos dinámicos y participativos, como el uso de la danza, para potenciar de manera efectiva la comprensión y participación en el aprendizaje en la etapa Inicial (Leese & Packer, 2022).

Por otro lado, la práctica de la danza fue arrojado por logros positivos en la realización de las actividades resaltando la efectividad del enfoque pedagógico, donde los niños y niñas pusieron mucha atención a cada una de las actividades realizadas es así que indicaron un avance alentador en las destrezas de coordinación motora gruesa donde demostraron ser efectiva, contribuyendo positivamente al fortalecimiento de las habilidades despertando el interés entre ellos en este proceso, es así que fue muy fundamental que se divirtieron y disfrutaron a través de la práctica de movimientos corporales rítmicos, la danza se reconoce como una actividad altamente beneficiosa para el desarrollo infantil, facilita la satisfacción de las necesidades innatas de expresión y creación del cuerpo, además de fomentar el descubrimiento progresivo de capacidades y habilidades físicas y creativas conforme los niños crecen (García, 2008).

Al momento de aplicar la propuesta se obtuvo con mucho éxito un resultado muy efectivo con el taller de danza, se logró despertar la inquietud y curiosidad de los niños y niñas, descubrieron nuevas coordinaciones de movimientos de esta manera enriquecieron su psicomotricidad gruesa con cada actividad realizada donde fueron dejando una experiencia divertida y llena de mucho aprendizaje para mejorar sus habilidades. Este resultado prevalece que la metodología utilizada fue de mucho alcance en el objetivo planteado. Seguidamente, para identificar sus falencias que tenía cada niño fue un logro muy favorable ya que pudieron tener un fortalecimiento de la lateralidad, equilibrio, coordinación y conciencia corporal. Gracias al taller de danza aplicada podemos alcanzar resultados con éxitos para que los niños puedan alcanzar sus destrezas mediante la música infantil que tiene muchos beneficios entre ellos es fortalece el aprendizaje (Abellan-Rosello, 2021).

 

CONCLUSIONES

La evaluación de la danza infantil como herramienta para desarrollar la psicomotricidad gruesa en los niños de educación inicial es crucial para mejorar habilidades motrices, cognitivas y sociales, así como para fomentar la coordinación, la autoestima y la expresión emocional.

Su implementación en la educación infantil contribuye significativamente al beneficio del desarrollo físico y emocional de los niños y también los prepara para enfrentar futuros desafíos con confianza y habilidades interpersonales sólidas.

 

AGRADECIMIENTOS

Es importante reconocer el interés de la organización para implementar acciones de mejoramiento que incidieran en la productividad y al mismo tiempo en el bienestar laboral. También se reconoce su interés por llevar a cabo acciones con base en un enfoque multidisciplinar y un agradecimiento muy especial por incluir a los profesionales de la Psicología en este proceso de mejora. Asimismo, se hace patente el involucramiento del área de Relaciones Laborales, quien es merecedora de reconocimiento, ya que sus colaboradores estuvieron siempre atentos en la coordinación de las actividades y en la gestión de recursos para llevarlas a cabo.

 

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