Simbiosis. Revista de Educación y Psicología, Vol. 5, No. 9, Enero - Julio 2024, ISSN-e: 2992-6904, Páginas 89-100

 

Desarrollo de la psicomotricidad gruesa a través de la aplicación de las rondas infantiles

Development of Gross Psychomotor Skills through the Application of Children’s Rounds

Desenvolvimento da psicomotricidade grossa através da aplicação das rondas Infantis

 

Kimberly Samantha Borja Romero

kimberly.borja5049@utc.edu.ec

https://orcid.org/0009-0002-9720-2540

Universidad Técnica de Cotopaxi, Latacunga, Ecuador

Paola Mishel Cumbajín Bonilla

paola.cumbajin6002@utc.edu.ec

https://orcid.org/0009-0005-3134-6527

Universidad Técnica de Cotopaxi, Latacunga, Ecuador

José María Bravo Zambonino

Jose.bravo@utc.edu.ec

https://orcid.org/0009-0009-8536-0948

Universidad Técnica de Cotopaxi, Latacunga, Ecuador

 

| Artículo recibido 05 de agosto 2024 | arbitrado 20 de septiembre 2024 | aceptado 24 de octubre 2024 | publicado 03 de enero 2025

https://doi.org/10.59993/simbiosis.V.5i9.65

 

RESUMEN

El artículo aborda la importancia del desarrollo de la psicomotricidad gruesa a través de la aplicación de rondas infantiles en la formación integral de los niños. Se focaliza en deficiencias como correr, saltar, lanzar, y balancearse en los alumnos de Educación Inicial, subnivel II, de la Unidad Educativa “14 de Julio Juan Abel Echeverría”, Ecuador. Se lleva a cabo un estudio descriptivo, bibliográfico, y de campo, utilizando un enfoque cualitativo y el método inductivo, mediante técnicas de observación y listas de cotejo para la recolección de datos. Se consideran las dimensiones coordinación motora, equilibrio, fuerza muscular y agilidad. Los resultados evidencian una notable mejora en las habilidades motoras gruesas de los niños, confirmando que las rondas infantiles son herramientas efectivas que fomentan de forma lúdica y recreativa el desarrollo psicomotor. Las conclusiones destacan la relevancia de estas prácticas en el contexto educativo para potenciar las capacidades motoras de los infantes.

Palabras clave: Actividades Lúdicas; Desarrollo Infantil; Habilidades Motoras; Psicomotricidad; Rondas infantiles

 

ABSTRACT

The article addresses the importance of developing gross psychomotor skills through the application of children’s rounds in the comprehensive training of children. It focuses on deficiencies such as running, jumping, throwing, and balancing in students of Initial Education, sublevel II, at the “14 de Julio Juan Abel Echeverría” Educational Unit, Ecuador. A descriptive, bibliographic, and field study is conducted, utilizing a qualitative approach and an inductive method, employing observation techniques and checklists for data collection. The dimensions of motor coordination, balance, muscle strength, and agility are considered. The results show a significant improvement in the gross motor skills of the children, confirming that children’s rounds are effective tools that promote psychomotor development in a playful and recreational manner. The conclusions highlight the relevance of these practices in the educational context to enhance the motor capabilities of infants.

Keywords: Playful activities; Child development; Motor skills; Psychomotricity; Children’s rounds

 

RESUMO

O artigo aborda a importância do desenvolvimento da psicomotricidade grossa através da aplicação de rondas infantis na formação integral das crianças. Focaliza deficiências como correr, pular, lançar e equilibrar-se nos alunos da Educação Infantil, subnível II, da Unidade Educativa “14 de Julho Juan Abel Echeverría”, Equador. É realizado um estudo descritivo, bibliográfico e de campo, utilizando uma abordagem qualitativa e o método indutivo, por meio de técnicas de observação e listas de verificação para a coleta de dados. São consideradas as dimensões coordenação motora, equilíbrio, força muscular e agilidade. Os resultados evidenciam uma notável melhoria nas habilidades motoras grossas das crianças, confirmando que as rondas infantis são ferramentas eficazes que promovem de forma lúdica e recreativa o desenvolvimento psicomotor. As conclusões destacam a relevância dessas práticas no contexto educativo para potencializar as capacidades motoras dos pequenos.

Palavras-chave: Atividades lúdicas; Desenvolvimento infantil; Habilidades motoras; psicomotricidade; Rondas infantis

 

INTRODUCCIÓN

La motivación del educando es indispensable para obtener un aprendizaje integral, las rondas juegos y canciones tradicionales constituyen una de las más importantes herramientas lúdico-pedagógicas para mejorar el comportamiento en los alumnos de la Educación Inicial, cumpliendo la función de educar divirtiendo, otorgándole al niño el derecho de enriquecerse a través del juego con actividades lúdicas, con las cuales se disminuyen los niveles de agresividad y mejora la convivencia escolar entre los niños y las niñas. Bentrán (2016).

La psicomotricidad gruesa es un aspecto fundamental en el desarrollo integral de los niños, ya que influye directamente en su capacidad para interactuar con el entorno, coordinar movimientos y establecer una buena base para habilidades más complejas. En este contexto, las rondas infantiles emergen como una herramienta pedagógica innovadora y lúdica que favorece el desarrollo motor a través de actividades dinámicas y recreativas.

El desarrollo de la psicomotricidad gruesa en la infancia es un tema que requiere una atención especial en el contexto educativo actual. Este aspecto del desarrollo infantil es fundamental, ya que influye en la coordinación, el equilibrio y la conciencia corporal de los niños. A través de la aplicación de rondas infantiles, se ofrece una metodología innovadora que integra de manera efectiva el juego, el lenguaje y el movimiento corporal. Esta propuesta pedagógica no solo promueve el desarrollo físico de los pequeños, sino que también propicia un entorno motivador y dinámico para el aprendizaje, facilitando la socialización y la creatividad. Al fomentar estas actividades, los educadores pueden contribuir significativamente al bienestar integral de los niños.

Sin embargo, en la Unidad Educativa “14 de Julio Juan Abel Echeverría”, ubicada en la provincia de Cotopaxi, específicamente en el Cantón Latacunga, se ha observado con preocupación que muchos niños que cursan Educación Inicial, en el subnivel II, presentan deficiencias significativas en sus habilidades motrices gruesas. Estas deficiencias no son insignificantes, ya que repercuten negativamente en su desarrollo integral y en su autonomía personal. La falta de desarrollo en estas habilidades motrices puede afectar su capacidad para participar en actividades físicas, juegos y tareas cotidianas, lo que a su vez impacta en su confianza y en su interacción con otros niños. Por ello, es necesario atender esta situación mediante estrategias adecuadas que fomenten una mejora notable en estas áreas.

La situación se fundamenta en la falta de estimulación adecuada tanto en la escuela como en el hogar. Los niños enfrentan dificultades en acciones básicas como correr, saltar y balancearse, lo que limita su capacidad para realizar actividades cotidianas que requieren coordinación y fuerza. Esto se traduce en una incapacidad para ejecutar movimientos esenciales, como montar en bicicleta, lanzar o atrapar pelotas, afectando así su confianza y desarrollo social.

La investigación se justifica en la necesidad de diseñar e implementar estrategias educativas que fortalezcan las habilidades motoras de los niños. Los autores investigan cómo pueden las rondas infantiles contribuir al desarrollo de la psicomotricidad gruesa en niños de la Educación Inicial. Se establecen como objetivos evaluar el nivel de desarrollo psicomotor de los niños antes de la implementación de las rondas infantiles; diseñar una guía de actividades lúdicas que incluya rondas infantiles; e implementar y medir el impacto de estas actividades en el desarrollo de las habilidades motoras gruesas.

Las variables clave de esta investigación son la psicomotricidad gruesa definida por Naranjo (2013) como aquellas acciones que involucran grandes grupos musculares, y las rondas infantiles, entendidas como actividades grupales que fomentan el movimiento y el aprendizaje a través de juegos y canciones.

La población objeto de estudio está constituida por un grupo diverso que incluye tanto docentes como infantes de la Unidad Educativa “14 de Julio Juan Abel Echeverría”. Esta institución se caracteriza por la presencia de un equipo de docentes altamente capacitados, muchos de los cuales cuentan con más de cinco años de experiencia en su labor educativa. Esta trayectoria profesional contribuye a un ambiente de aprendizaje enriquecedor y de calidad. Por otro lado, los alumnos que asisten a esta unidad educativa son niños y niñas con edades comprendidas entre los 4 y 5 años, una etapa decisiva para su desarrollo. Estos infantes se encuentran en un periodo fundamental de aprendizaje y desarrollo, donde se inician importantes habilidades sociales, cognitivas y motrices, por lo que es esencial brindarles atención y apoyo adecuados.

Esta Unidad Educativa se sitúa en un contexto socioeconómico caracterizado por limitaciones económicas, donde muchas familias enfrentan dificultades para acceder a bienes y servicios básicos. Los niños en esta institución presentan una edad cognitiva y física que varía significativamente, lo que puede influir en su desarrollo psicomotor y en su capacidad para participar en actividades educativas. Además, el acceso a recursos educativos en el hogar es limitado, lo que se traduce en una escasez de materiales didácticos y ambientes estimulantes que favorezcan el aprendizaje y la práctica de habilidades motoras.

Los autores y especialistas en desarrollo infantil sugieren que la falta de estimulación lúdica y la carencia de estrategias pedagógicas adecuadas son factores que contribuyen a las deficiencias observadas en esta investigación. La situación ideal implicó que los niños pudieron acceder a una formación que promovió su desarrollo físico y emocional, sintiéndose seguros y apoyados en su crecimiento.

La investigación surge como respuesta a esta problemática, proponiendo el uso de las rondas infantiles no solo como un recurso educativo, sino también como una herramienta para la promoción de la cultura, el trabajo en equipo y la creatividad. Estas actividades, que incluyen canciones, bailes y juegos, facilitan la integración de los niños en un ambiente grupal que estimula su desarrollo sensorial y motor.

A través de este estudio, se proporcionó una guía de rondas infantiles que impulsó la adquisición de habilidades fundamentales como caminar, correr, saltar y lanzar. Esto no solo benefició a los niños en su desarrollo físico, aumentando su tono muscular y coordinación, sino que también dotó a los docentes de herramientas eficaces para una enseñanza adaptada a las necesidades de sus alumnos. Al final, la investigación contribuyó a una educación innovadora y efectiva que fomentó el desarrollo integral del niño.

 

MÉTODO

La presente investigación se enmarcó dentro de un enfoque cualitativo y fue de tipo descriptiva, bibliográfica y de campo. Se utilizó un diseño metodológico basado en el método inductivo, que permitió profundizar en la comprensión de la problemática de la psicomotricidad gruesa en los niños de la Educación Inicial mediante la observación y la recolección de datos. La técnica principal empleada fue la observación estructurada, acompañada de una lista de cotejo que facilitó la identificación de las dificultades en habilidades motoras, permitiendo un análisis detallado del comportamiento de los niños durante la ejecución de las actividades propuestas.

La población objeto de estudio estuvo constituida por 24 alumnos de subnivel II de Educación Inicial de la Unidad Educativa “14 de Julio Juan Abel Echeverría”, con edades comprendidas entre 4 y 5 años, correspondientes al periodo académico 2023-2024. Estos alumnos fueron seleccionados a partir de un muestreo intencional, que priorizó a aquellos con evidentes necesidades en el desarrollo de la psicomotricidad gruesa. Las características más relevantes de la muestra incluyeron una diversidad en sus antecedentes motores, la experiencia previa en actividades lúdicas y su contexto social y familiar, lo que permitió una visión integral sobre su desarrollo.

Se elaboró un instrumento de recolección de datos, la lista de cotejo, compuesta por un total de 10 ítems que abarcó cinco dimensiones variables: lateralidad, equilibrio, coordinación, tiempo-ritmo y estructuración espacial. Cada ítem se enfocó en evaluar indicadores específicos relacionados con las habilidades motoras gruesas en diferentes contextos de las actividades lúdicas, como canciones, bailes y juegos sensoriales. El análisis de resultados se realizó mediante un enfoque cualitativo, enfocándose en la interpretación de las evidencias observadas y el contexto de ejecución de las actividades, lo que facilitó una comprensión integral de las dificultades en el desarrollo psicomotor de los niños.

Además, la investigación bibliográfica realizada aportó información teórica esencial para el marco de referencia, al recompilar datos de fuentes confiables como revistas académicas y textos especializados. Por último, se llevaron a cabo entrevistas y encuestas a los docentes, lo que permitió recopilar información adicional sobre las estrategias de enseñanza y la falta de estimulación en las actividades que involucran el esquema corporal de los niños, complementando así la información recolectada a través de la observación directa.

 

RESULTADOS

En esta investigación, los autores concuerdan con la perspectiva de Paredes, Tigse y Bravo (2024), quienes consideran el canto y las rondas infantiles como juegos educativos importantes. Estos juegos, que han sido parte de la tradición cultural durante muchos años, contribuyen a mejorar la educación general de los niños en edad primaria, al desarrollar de manera efectiva sus destrezas y habilidades fundamentales. Además, estas actividades fortalecen las relaciones personales y sociales, fomentando así un ambiente de colaboración y amistad. Cabe resaltar que los cantos y las rondas tienen su origen en los pueblos antiguos, y su legado cultural se ha transmitido a lo largo del tiempo. Hoy en día, la poesía escolar conserva muchos recuerdos duraderos, que son expresados a través del canto, la danza y la dramatización, enriqueciendo así el proceso educativo y manteniendo viva la tradición cultural.

El origen de las rondas infantiles se remonta a los primeros hombres que poblaron la tierra, los que realizaban rituales con movimientos danzados, voces poéticas y cantos. Estos ritos no tenían límite de tiempo y se utilizaban como alabanza o contacto con fuerzas mágicas y divinas, las que creían fortalecían el comportamiento normal de los seres humanos las rondas o también llamados corros son juegos colectivos de los niños que se transmiten por tradición en el cual consiste en que niños y niñas tomados de las manos, formando un círculo, giran rítmicamente al son de canciones y melodías. Paredes, Tigse y Bravo (2024).

Garcés (2017) resalta que la ronda constituye un gran recurso didáctico en los centros educativos ya que es una valiosa fuente de apoyo para la adquisición de conocimientos donde se trata de un elemento expresivo de plasticidad rítmica muy completo, ya que permite que los niños participen de forma activa y espontánea, lo que mejora su formación integral y al mismo tiempo estimula el desarrollo social.

Por la cual es una herramienta que proporciona fuertes recomendaciones para la convivencia y las relaciones normales entre los niños ya que los pequeños pasan la mayor parte de su vida en actividades recreativas y sociales que desarrollan la creatividad, la imaginación y promueven la resolución de problemas como adaptación del lugar y respeto por sus compañeros en la cual las rondas no son una actividad solitaria, sino una adecuada actividad social y comunitaria en la que el niño puede expresarse mejor y presentarse más satisfactoriamente en presencia de otros niños de su misma edad.

Según el autor Garcés con quien se coincide en esta investigación, las rondas son de gran utilidad dentro del desarrollo de la motricidad gruesa ya que esto permite a los niños prepararse posteriormente para mejorar lo que es la lateralidad, equilibrio, reconocimiento de su propio cuerpo y a la comunicación de manera eficiente compartiendo con sus compañeros y fortaleciendo la confianza en ellos mismos.

En línea con Paredes, Tigse y Bravo (2024), la psicomotricidad gruesa es un conjunto de habilidades motoras que realiza el niño de forma coordinada y en equilibrio durante su desarrollo. En los primeros años de vida, toma un papel significativo, ya que incentiva el desarrollo de distintas habilidades. La psicomotricidad gruesa precede a la psicomotricidad fina, por eso es vital trabajar movimientos más complejos que involucren otras partes del cuerpo. La psicomotricidad envuelve una relación estrecha entre la motricidad del cuerpo con lo cognitivo, sensitivo y emocional.

La psicomotricidad gruesa es la que permite realizar movimientos de amplio recorrido con la participación de diferentes músculos y la intervención del equilibrio, la agilidad, la fuerza y la velocidad implicada en cada movimiento. Se conoce, que la psicomotricidad, durante los primeros años de vida, el primordial objetivo es conseguir que los niños alcancen diversas habilidades y fomenten sus destrezas, utilizando un sinnúmero de recursos y estrategias, que hoy en día son muy importantes y se conocen como actividades lúdicas. Estas actividades según Jiménez y Romero (2019) permiten que los niños desarrollen cada una de sus áreas de una manera entretenida, que no implique presión en ellos y donde cada uno pueda ser libre de crecer a su ritmo.

De acuerdo con López (2018), el objetivo principal que tiene la motricidad gruesa es que se pueden proponer diferentes actividades desde casa, algunas son: circuitos con formas o aros, recorridos con obstáculos, túneles, recoger objetos del suelo sin perder el equilibrio, mover cosas de un lado al otro, lanzar elementos apuntando a un objetivo, saltar con uno o ambos pies, caminar sobre una línea tratando de mantener el equilibrio en la trayectoria, pasar por encima y por debajo de una cuerda.

Paredes, Tigse y Bravo (2024) consideran que la psicomotricidad gruesa es trascendental para los niños con áreas debilitadas en su desarrollo psicomotriz, lo que subraya la importancia de reforzar las habilidades motrices básicas en los primeros años de vida, tal como se indica en la clasificación de Garcés (2017), que distingue entre habilidades locomotrices y no locomotrices, las cuales son fundamentales para mejorar la creatividad, expresión del movimiento y la capacidad de jugar en equipo.

A continuación, un ejemplo de rondas infantiles como herramientas pedagógicas para el desarrollo de la psicomotricidad gruesa en la primera infancia. Este ejemplo fue implementado en el aula y en entornos de educación inicial en el centro objeto de estudio, contribuyendo al desarrollo integral de los niños a través del juego y la actividad física.

Ronda: “El vuelo de los pájaros”

Objetivo: Desarrollar la coordinación, el equilibrio y la motricidad gruesa a través de la imitación de los movimientos de los pájaros.

Procedimiento:

Inicio: Reúne a los niños en un espacio amplio y seguro. Explica que van a jugar a ser pájaros que vuelan.

Demostración: Realiza una breve demostración de los movimientos que imitarán (abrir brazos como alas, saltar, agacharse.

Ronda: Comienza la ronda cantando la canción “Los pájaros” (puedes usar una melodía conocida). Mientras cantan, guía a los niños para que realicen los movimientos:

         Al “volar”, extienden los brazos y hacen saltitos

         Al “posarse”, se agachan y tocan el suelo.

Cierre: Termina la actividad pidiendo a los niños que se sienten y hagan una reflexión breve sobre cómo se sintieron volando.

Evaluación:

1.       Observa si los niños están siguiendo los movimientos y si se están divirtiendo.

2.       Anota las capacidades de coordinación y equilibrio que muestran durante la actividad.

3.       Pregunta a los niños sobre sus movimientos favoritos y cómo les ayudaron a “volar”.

Los resultados obtenidos a través de la observación estructurada y la lista de cotejo evidencian tanto mejoras significativas en las habilidades motrices de los niños como áreas que requieren atención adicional. Se registró que el 70, 8% de los niños mostraron avances en la coordinación (medida a través de la habilidad para realizar movimientos sincrónicos), mientras que sólo un 29. 8% evidenció dificultades persistentes en esta área. En cuanto al equilibrio, el 62. 5% mejoró su capacidad para mantener la postura y superar obstáculos durante las actividades, reflejando una progresión positiva en su desarrollo psicomotor. Sin embargo, un 37. 5% presenta desafíos, particularmente en situaciones de cambio de posición.

Las observaciones revelaron que los niños participaron con entusiasmo y mostraron mayor disposición para involucrarse en las rondas infantiles, lo que sugiere que la metodología implementada fomentó un ambiente de aprendizaje positivo. Además, se identificaron patrones de interacción entre ellos que facilitaron la cooperación y el trabajo en equipo. Las dificultades observadas en la estructuración espacial (posición, orientación, equilibrio), por otro lado, apuntan a la necesidad de implementar actividades más específicas que fortalezcan esta habilidad, promoviendo así una atención más individualizada en futuras intervenciones.

Los resultados cuantitativos obtenidos tras la aplicación de la lista de cotejo, que incluía un total de 10 ítems distribuidos en cinco dimensiones variables, revelan información valiosa sobre el desarrollo de las habilidades motoras gruesas en los niños participantes. La dimensión de lateralidad mostró que el 79.1% de los niños logró identificar y utilizar predominantemente su lado derecho o izquierdo de manera efectiva durante las actividades, lo que indica un avance en la consciencia lateral. En cuanto al equilibrio, el 66. 6% de los participantes fue capaz de mantenerse en una posición estática y de realizar transiciones entre diferentes posturas sin perder la estabilidad, destacando mejoras notables en esta área.

En relación con la coordinación, el 70% de los niños demostró una mejoría en la sincronización de movimientos durante las canciones y los bailes, logrando realizar las actividades de manera más fluida y armoniosa. En particular, se observó que el 65% de los participantes pudo seguir el tiempo y ritmo de las actividades, lo que sugiere que las dinámicas propuestas facilitaron una comprensión más profunda de estos conceptos. Por último, el 62. 5% de los niños mostró avances en la percepción del espacio y la capacidad de navegación en el entorno durante los juegos sensoriales. Estos resultados evidencian un progreso significativo en las habilidades motoras gruesas, confirmando la efectividad de las actividades lúdicas implementadas en el marco de la investigación.

Los resultados derivados de las entrevistas y encuestas aplicadas a los docentes han proporcionaron una visión clara sobre las estrategias de enseñanza implementadas en sus aulas. Del total de siete docentes encuestados, se observó que un 57.1% utiliza métodos visuales y auditivos para facilitar la comprensión de las actividades lúdicas relacionadas con el esquema corporal. Sin embargo, solo un 42.8% de ellos aplica técnicas prácticas que promueven una interacción corporal con el aprendizaje, lo cual puede limitar la estimulación del esquema corporal en los niños. Además, un 71. 4% de los docentes manifestó que consideran insuficientes las herramientas didácticas disponibles para integrar actividades que promuevan el desarrollo motor. Este análisis destaca la necesidad de diversificar las metodologías de enseñanza, adaptándolas a las distintas dimensiones del aprendizaje en un esfuerzo por fortalecer el desarrollo integral de los niños.

Las encuestas realizadas a los docentes revelaron preocupantes datos sobre la falta de estimulación en las actividades dirigidas a promover el esquema corporal de los niños. Del 100% de los encuestados, el 71. 4% admitió que, si bien incluyen actividades físicas en su planificación, estas son ocasionalmente limitadas a juegos tradicionales y rara vez incorporan dinámicas innovadoras. Solo un 25.5% aseguró implementar juegos sensoriales o movimientos creativos que estimulan de forma efectiva el reconocimiento del cuerpo en el espacio. Además, un 71. 4% de los docentes manifestó que no reciben capacitación específica sobre cómo mejorar estas actividades, lo que puede contribuir a la escasez de enfoques variados que incentiven el desarrollo motriz. Estos datos evidencian la necesidad de una revisión curricular y de la formación docente para crear un entorno de aprendizaje más estimulante y adaptado a las necesidades motoras de los niños.

Los datos recopilados de las entrevistas y encuestas complementan las observaciones directas realizadas en el aula, ofreciendo una perspectiva más completa sobre el desarrollo motor de los niños. Al comparar ambos conjuntos de información, se observó que el 71. 4% de los docentes percibieron una falta de interés de los niños en las actividades relacionadas con el esquema corporal, coincidiendo con un 60% de los registros de observación que mostraron desinterés o falta de participación activa en las dinámicas propuestas. Este alineamiento entre las percepciones de los docentes y las observaciones directas refuerza la anticipación de que la escasa variedad metodológica influye en la motivación y en la implicación de los alumnos. Asimismo, un 85.7% de los docentes reconoció la importancia de modificar sus prácticas para adaptarse mejor a las necesidades de los niños, lo que sugiere un deseo de mejorar y fortalecer las experiencias de aprendizaje motoras en el entorno escolar de la Educación Inicial.

Según Escobar (2006), la Educación Inicial se convierte en un nivel educativo fundamental en lo que respecta al desarrollo de los niños, enfatizando que la colaboración entre la familia y la escuela juega un papel esencial en la mediación de las capacidades cognitivas y en la estimulación de áreas clave, como la psicomotricidad gruesa, lo que se evidencia en este estudio que también enfatiza la importancia de este vínculo para fomentar actividades motoras en los más pequeños.

Otros resultados muestran que los niños cuyos padres están activamente involucrados en su educación y en la práctica de actividades físicas presentan un desarrollo más avanzado en habilidades psicomotoras. Un 71.4% de los docentes entrevistados reportó que los niños que participan en juegos y ejercicios en casa, entre los cuales se incluyen actividades como correr y saltar, tienen una mejor coordinación, equilibrio y fuerza muscular. Esto sugiere que el apoyo y la motivación familiar son decisivos para la adquisición de estas habilidades.

Además, el 100% indicó que la comunicación regular entre padres y maestros sobre las actividades de psicomotricidad que se realizan en la escuela contribuye a la continuidad del aprendizaje en el hogar. Esto permite a los padres replicar o complementar las dinámicas propuestas en el aula, creando un entorno más rico en experiencias motrices. Las reuniones y talleres que se organizan en la escuela fomentan una mayor participación familiar, lo cual se traduce en un aumento notable en la motivación de los niños para participar en actividades físicas.

Sin embargo, también se identificaron algunas áreas de mejora. El 100% de los docentes manifestó que muchos padres no conocen la relevancia de la psicomotricidad gruesa en el desarrollo infantil, lo que limita su implicación en actividades al aire libre o en la promoción de un estilo de vida activo. Esto resalta la necesidad de llevar a cabo iniciativas de sensibilización y capacitación destinadas a informar a las familias sobre la importancia de su rol en el desarrollo motor de sus hijos.

En conclusión, el vínculo entre la familia y la escuela es esencial para el desarrollo de la psicomotricidad gruesa en los niños de educación inicial. Fomentar una comunicación fluida y proporcionar recursos adecuados a las familias potencia significativamente las habilidades motoras de los niños, creando un ambiente propicio para su crecimiento y desarrollo integral. La colaboración entre ambos entornos no solo enriquece la experiencia de aprendizaje, sino que también establece una base sólida para la práctica de hábitos saludables a lo largo de la vida.

 

DISCUSIÓN

Las ideas de Paredes, Tigse y Bravo (2024) sobre la psicomotricidad gruesa y el uso de las rondas infantiles como herramientas educativas ofrecen un marco interesante para analizar cómo los juegos tradicionales pueden contribuir al desarrollo integral de los niños. Esta teoría reafirma que las rondas y los juegos educativos son ventajosas en el desarrollo de habilidades motrices, concretamente la psicomotricidad gruesa, al permitir a los niños experimentar con movimientos como correr, saltar, lanzar y bailar. Estos juegos no solo promueven la actividad física y la coordinación, sino que también son esenciales para la formación de vínculos sociales y el desarrollo emocional, ya que fomentan la cooperación y la comunicación en un entorno lúdico.

Además, el estudio citado subraya y resalta la relevancia de las tradiciones culturales en el proceso de educación infantil. Al preservar y promover las rondas y cantos provenientes de los pueblos antiguos, se asegura no solo el aprendizaje de habilidades físicas fundamentales, sino también la transmisión de valores culturales esenciales para la identidad de los niños. Este proceso contribuye a la creación de una memoria colectiva, lo que permite a los infantes conectar con sus raíces y con la historia de su comunidad. De esta manera, se sugiere que el uso de actividades lúdicas tradicionales complementa enfoques educativos contemporáneos en uso hoy en día. Esto promueve un desarrollo integral que abarca no solo el ámbito motor, sino también las dimensiones social y cultural, propiciando una formación más completa y enriquecedora para los niños en su conjunto.

La discusión presentada en este artículo pone de manifiesto la riqueza cultural y pedagógica de las rondas infantiles, destacando su origen ancestral y su relevancia contemporánea en los contextos educativos. En primer lugar, el análisis de Tigse y Bravo (2024) acerca de las rondas como rituales primigenios que involucraban danza, canto y movimiento resalta la profunda conexión entre estas actividades y el desarrollo humano. Este enfoque histórico no solo enriquece la comprensión de las rondas infantiles, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de mantener vivas estas tradiciones en el contexto actual.

Por su parte, Garcés (2017) aporta una perspectiva crítica y contemporánea, enfatizando el valor didáctico de las rondas en los entornos educativos. Su afirmación de que estos juegos colectivos son un recurso que promueve la participación activa y espontánea de los niños es esencial para entender cómo se pueden fomentar habilidades sociales clave desde una edad temprana. Esta interacción no solo contribuye al desarrollo emocional, sino que también fortalece la formación integral de los niños, creando un marco donde pueden explorar relaciones interpersonales y aprender a resolver conflictos, aspectos que son fundamentales en su desarrollo social.

Adicionalmente, el reconocimiento de las rondas como herramientas que promueven la convivencia, la creatividad y el respeto mutuo demuestra una comprensión integral de lo que implica la educación. Las dinámicas de grupo que se generan en el transcurso de estas actividades son fundamentales para que los niños desarrollen su identidad social y emocional. A través de estas interacciones lúdicas, los infantes mejoran significativamente su capacidad para interactuar con sus pares, lo que les permite aprender a resolver conflictos, compartir y expresar sus ideas. Además, estas experiencias enriquecedoras fomentan un sentido de pertenencia y comunidad, lo que resulta en relaciones saludables y en un ambiente educativo inclusivo y colaborativo. Este proceso es esencial para el crecimiento personal de los niños en su desarrollo integral.

El análisis de las rondas infantiles no solo subraya su significado cultural y educativo, sino que también aboga por su integración activa en los programas pedagógicos. Promover estas actividades es una manera de cultivar un ambiente de aprendizaje inclusivo y enriquecedor donde los niños no solo aprenden a jugar, sino también a convivir. La interrelación entre tradición y educación, como se evidencia en los textos, sugiere que las rondas infantiles son un recurso que merece atención y promoción en la práctica educativa.

Los resultados de esta investigación representan un avance significativo en la comprensión y mejora del desarrollo motor de los niños en el contexto escolar. A través de métodos de observación estructurada y listas de cotejo, se ha logrado identificar mejoras en habilidades motrices clave, como la coordinación y el equilibrio, lo que se evidencia en porcentajes significativos de progreso. Un 70, 8% de los niños mostró avances en la coordinación y un 62. 5% en el equilibrio, lo que indica que las actividades lúdicas implementadas han contribuido de manera efectiva al desarrollo psicomotor de los participantes.

La observación del entusiasmo y la disposición de los niños para involucrarse en las actividades destaca un ambiente de aprendizaje positivo, fundamental para el desarrollo integral. Estos datos sugieren que las dinámicas propuestas fomentaron no solo habilidades motrices, sino también patrones de interacción social que promueven la cooperación y el trabajo en equipo. Esto respalda la idea de que el aprendizaje en la infancia debe ser dinámico y colaborativo, brindando un contexto social enriquecedor.

Sin embargo, los resultados también apuntan a áreas que requieren atención adicional, como las dificultades persistentes en la estructuración espacial y el cambio de posición, presentes en un 35% de los niños. Esta identificación de áreas de mejora resalta la importancia de implementar actividades más específicas y adaptadas a las necesidades individuales, promoviendo una atención personalizada que puede mejorar aún más el desarrollo motor.

La información obtenida de las encuestas a docentes proporciona una visión complementaria esencial sobre las metodologías de enseñanza en uso. La disposición de un 57.1% de los docentes a utilizar métodos visuales y auditivos y el preocupante 71.4% que considera insuficientes las herramientas didácticas disponibles muestran un claro camino hacia la incertidumbre. Esto resalta la necesidad urgente de diversificar las metodologías de enseñanza y de proporcionar una formación docente más sólida que incluya estrategias innovadoras y prácticas que estimulen activamente el desarrollo motor en los niños.

Además, la correlación entre las percepciones de los docentes y las observaciones directas en el aula refuerza la importancia de la retroalimentación continua en el proceso educativo. La disposición de un 85.7% de los docentes a modificar sus prácticas es un indicativo positivo que sugiere un deseo genuino de mejorar la experiencia de aprendizaje, reafirmando el papel crítico de la formación docente y la renovación del currículo en la educación inicial.

Estos resultados no solo confirman la efectividad de las actividades lúdicas para el desarrollo motor infantil, sino que también subrayan la importancia de la formación continua para los educadores. Se hace evidente que con una estrategia pedagógica más variada y enriquecedora, se puede potenciar aún más el desarrollo integral de los niños, asegurando que todos tengan acceso a experiencias de aprendizaje que fomenten su crecimiento psicomotor y social. Estos resultados destacan la necesidad de un compromiso colectivo hacia la mejora continua, el que necesariamente beneficiará a los futuros educadores y, en última instancia, a la próxima generación de alumnos.

 

CONCLUSIONES

En el presente estudio se ha evidenciado la relevancia de las rondas infantiles como herramienta pedagógica eficaz para el desarrollo de la psicomotricidad gruesa en la primera infancia. A través de la implementación de diversas actividades lúdicas, se logró fomentar habilidades motoras esenciales, como la coordinación, el equilibrio y la fuerza, fundamentales en esta etapa del crecimiento. Esta intervención no solo contribuyó a la mejora de las destrezas físicas de los niños, sino que también promovió su bienestar emocional y social, al generar un ambiente de cooperación y diversión.

Los objetivos planteados inicialmente en el estudio fueron alcanzados con éxito. Cabe destacar el fortalecimiento de las habilidades motoras gruesas, donde los niños demostraron un incremento significativo en su capacidad para realizar movimientos como correr, saltar y trepar. Además, se observó un desarrollo en la confianza y autonomía de los infantes, elementos cruciales que inciden en su aprendizaje y en su interacción con el entorno. Estos logros subrayan la importancia de incluir actividades lúdicas y dinámicas en el currículo educativo, alineadas con los intereses y las necesidades de los niños.

Asimismo, el estudio resaltó la importancia de la colaboración y la sensibilización de las familias en el proceso de aprendizaje. La implicación de los padres en las actividades de psicomotricidad no solo potencia el desarrollo de sus hijos, sino que también fortalece el vínculo familiar. Se evidenció que, al involucrarse activamente en el juego y la actividad física, las familias podían contribuir significativamente al desarrollo integral de sus niños, fomentando así hábitos saludables desde la primera infancia. Esta idea sugiere la necesidad de programas educativos que incluyan a las familias como actores clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Finalmente, los resultados de este estudio son un llamado a la acción para educadores y responsables de la educación inicial, promoviendo la inclusión de estrategias lúdicas como las rondas infantiles en sus prácticas educativas. La implementación de estas actividades no solo ayuda a mejorar las habilidades motoras y la salud física de los niños, sino que también enriquece su desarrollo emocional y social. Con esto en mente, es fundamental continuar investigando y promoviendo enfoques que integren el juego en la educación, garantizando así un aprendizaje significativo y placentero para los más pequeños.

 

REFERENCIAS

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