Simbiosis. Revista de Educación y Psicología, Vol. 5, No. 9, Enero - Julio 2024, ISSN-e: 2992-6904, Páginas 190-205
Medición de Alimentación Emocional: Una Revisión Sistemática según los criterios PRISMA
Measurement of Emotional Eating: A Systematic Review according to PRISMA criteria
Medição da Alimentação Emocional: Uma Revisão Sistemática de acordo com os critérios PRISMA
Ireri Atzimba Paleo Garnica https://orcid.org/0009-0008-9799-8298 Universidad de Aguascalientes, Aguascalientes, México |
Fabiola González Betanzos https://orcid.org/0000-0003-4585-7211 Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, México |
Gabriela Navarro Contreras https://orcid.org/0000-0003-4744-2351 Universidad de Guanajuato, León, Guanajuato, México |
Mónica Fulgencio Juárez https://orcid.org/0000-0002-9715-4764 Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, México |
Marina Liliana González-Torres https://orcid.org/0000-0003-0560-6274 Universidad Autónoma de Aguascalientes, Aguascalientes, México |
| Artículo recibido 28 de abril 2024 | arbitrado 15 de mayo 2024 | aceptado 26 de junio 2024 | publicado 03 de enero 2025
https://doi.org/10.59993/simbiosis.V.5i9.74
RESUMEN
La Alimentación Emocional (AE) se identifica principalmente mediante instrumentos de autoinforme, sin embargo, no existe un estándar de oro para evaluarlo, lo que dificulta saber qué escala usar para este propósito. El objetivo del presente artículo fue conocer los instrumentos de medición que han sido utilizados para evaluar la AE en adultos y sus propiedades psicométricas. Se realizó una revisión sistemática siguiendo las directrices PRISMA en las bases de Scopus, Pubmed, PsyInfo, Web of Science, Cochrane, Science Direct, y Redalyc. Los resultados muestran que a nivel nacional e internacional existen 12 instrumentos para medir esta variable y dos escalas validadas para población mexicana. Hacen falta más estudios que aporten evidencias de validez de constructo. La diversidad de enfoques conceptuales reflejados en los diferentes instrumentos de medición de la AE subraya la complejidad del constructo. Se resalta la relevancia de seleccionar el instrumento adecuado en función de los objetivos específicos del estudio y la población objetivo, considerando aspectos como la definición del constructo, la exhaustividad de la evaluación y las dimensiones relacionadas.
Palabras clave: Revisión sistemática; Alimentación emocional; Propiedades psicométricas; Escalas; Medición
ABSTRACT
Emotional Eating (AE) is primarily identified through self-report instruments. However, no gold standard for assessing it makes it difficult to know which scale to use. The objective of this article was to identify the measurement instruments that have been used to evaluate AE in adults and their psychometric properties. A systematic review followed the PRISMA guidelines in Scopus, Pubmed, PsyInfo, Web of Science, Cochrane, Science Direct, and Redalyc databases. The results show 12 instruments to measure this variable at the national and international levels and two scales validated for the Mexican population. More studies are needed to provide evidence of construct validity. The diversity of conceptual approaches reflected in the different instruments for measuring the AE underlines the complexity of the construct. The relevance of selecting the appropriate instrument based on the study’s specific objectives and the target population is highlighted, considering aspects such as the construct’s definition, the evaluation’s exhaustiveness, and the related dimensions.
Keywords: Systematic review; Emotional eating; Psychometric properties; Scales; Measurement
RESUMO
A Alimentação Emocional (AE) é identificada principalmente por meio de instrumentos de autorrelato, porém, não existe um padrão ouro para avaliá-la, dificultando saber qual escala utilizar para esse fim. O objetivo deste artigo é conhecer os instrumentos de medida que têm sido utilizados para avaliar a EA em adultos e suas propriedades psicométricas. Foi realizada uma revisão sistemática seguindo as diretrizes PRISMA nas bases de dados Scopus, Pubmed, PsyInfo, Web of Science, Cochane, Science Direct e Redalyc. Os resultados mostram que, nacional e internacionalmente, existem 12 instrumentos para medir esta variável e duas escalas validadas para a população mexicana. Mais estudos são necessários para fornecer evidências de validade de construções. A diversidade de abordagens conceituais refletidas nos diferentes instrumentos de medição da AE sublinha a complexidade do construto. Destaca-se a relevância de selecionar o instrumento adequado com base nos objetivos específicos do estudo e na população-alvo, considerandos aspectos como a definição do construto, a exaustividade da avaliação e as dimensões relacionadas.
Palavras-chave: Revisão sistemática; Alimentação emocional; Propriedades psicométricas; Escalas; Mensuração
INTRODUCCIÓN
El constructo de Alimentación Emocional (AE) o “Emotional eating”, ha sido definido desde diversas teorías como el modelo de regulación de alimentos (Stunkard y Messick, 1985), como “la tendencia a consumir alimentos en respuesta a estados emocionales negativos” (Van Strien et al., 1986), desde el modelo transaccional del estrés y afrontamiento como “un patrón de alimentación que se refiere al uso de alimentos como estrategia de afrontamiento ante el estrés y las emociones” (Ozier et al., 2007). Actualmente puede ser considerado como el proceso mediante el cual las emociones influyen en la elección y cantidad del consumo de alimentos, que puede llevar a un patrón de alimentación inadecuado (Vannucci et al., 2015; Michopoulos et al., 2015).
Desde el punto de vista biológico, se considera la AE algo paradójico, ya que es diferente del hambre fisiológica. En el curso normal del proceso hambresaciedad la ingesta se inicia debido a la falta de energía y nutrientes en el cuerpo, regulado por una necesidad metabólica que surge por el desequilibrio energético (Manning & Batterham, 2014). Siguiendo este modelo cuando una persona experimenta estrés, genera la liberación de hormonas inhibidoras del apetito (Blair, et al., 1991). Podría pensarse que las emociones negativas también suprimen el hambre. Sin embargo, se ha observado que algunas personas ingieren grandes cantidades de comida tras experimentar emociones negativas.
Aunque la AE se definió originalmente al comer en respuesta a emociones negativas, actualmente hay una serie de estudios que muestran que las emociones positivas también pueden disparar una mayor ingesta de alimentos (Cardi et al., 2015). Como tal, varias investigaciones (Bongers, et al., 2013; Geliebter & Aversa, 2003; Sultson, et al., 2017) han aceptado que las emociones positivas también forman parte de la AE. Sin embargo, todavía existe una gran controversia sobre la validez del constructo de AE y la diversidad de teorías para explicar sus mecanismos y facilitar su operacionalización (Bongers & Jasen 2016; Van Strien, et al., 2005; Vázquez-Vázquez, et al., 2019).
La alimentación emocional (AE) está vinculada a problemas como la obesidad y los trastornos alimentarios, relacionándose especialmente con los atracones. Su comprensión es crucial para abordar comportamientos alimentarios problemáticos. Sin embargo, la evaluación de la AE es desafiante. Según Bongers y Jasen (2016), los autoinformes no siempre reflejan la realidad de los hábitos alimentarios. Estudios recientes cuestionan la validez de las escalas actuales, sugiriendo que los altos puntajes podrían indicar tendencias hacia la alimentación descontrolada o reactiva más que AE per se (Adriaanse et al., 2011; Altheimer et al., 2021; Braden et al., 2020; Bongers & Jansen, 2016).
Tener una visión general actualizada y precisa sobre las escalas de medición de la AE puede ayudar a identificar las diferentes concepciones que se tiene del constructor y de su operacionalización, al mismo tiempo permite identificar las fortalezas y debilidades de dichas escalas en relación con poblaciones específicas, poder comparar e identificar las que tienen mejores propiedades en términos de confiabilidad y de evidencias de validez, lo cual puede contribuir a una mejor comprensión del fenómeno.
Por lo tanto, el objetivo de la presente revisión sistemática es conocer los instrumentos de medición que han sido utilizados para evaluar la AE en adultos e identificar sus propiedades psicométricas.
MÉTODO
Estrategia de búsqueda
Se efectuó una revisión sistemática conforme a PRISMA (Page et al., 2021), enfocándose en términos MeSH y palabras clave de Pubmed y el Tesauro de la APA, como “Measurement” y “Psychometrics”. Las estrategias de búsqueda combinaron “Emotional eating” con “Weights and measures”, “Psychometrics”, entre otros, utilizando operadores booleanos. La revisión se realizó en enero de 2023 a través de siete bases de datos, incluyendo “Science Direct” y “Scopus”. Se priorizaron estudios cuantitativos de ciencias sociales y salud, de 2011 a 2022, en inglés o español, que fueran accesibles gratuitamente y examinaran escalas de alimentación emocional, su adaptación lingüística, y propiedades psicométricas en adultos. Se excluyeron publicaciones anteriores a 2011 y documentos no disponibles en texto completo.
Los artículos fueron encontrados con base en las combinaciones que se presentan en la tabla 1.
Tabla 1. Resultados derivados de la búsqueda
Selección de estudios
En la Figura 1 se muestra el diagrama de flujo en el cual se describen los pasos de selección de estudios para ser integrados en la RS.
Figura 1. Diagrama de flujo de selección de estudios
Fuente: Elaboración propia, basado en Page et al. (2021). The PRISMA 2020 statement: an updated guideline for reporting systematic reviews. BMJ 2021;372:n71. doi: 10.1136/bmj.n71.
Tras aplicar este método basado en el marco PRISMA con una búsqueda sistemática en múltiples bases de datos, enfocándose en estudios cuantitativos accesibles y recientes, se procedió a la recopilación y análisis detallado de los datos pertinentes. A continuación, se presentan los resultados obtenidos, los cuales proporcionan una visión comprensiva de las herramientas de evaluación de la alimentación emocional en adultos, incluyendo sus propiedades psicométricas y la relevancia de cada instrumento en diversos contextos de investigación y práctica clínica.
RESULTADOS
La Tabla 2 presenta un resumen detallado de los instrumentos identificados para la medición de la Alimentación Emocional (AE) en adultos a nivel nacional e internacional. Esta tabla se estructura en columnas que describen distintos aspectos de cada estudio, incluyendo el autor(es) y año del estudio, el instrumento utilizado para medir la AE, el país donde se realizó el estudio, evidencias de validez y confiabilidad, dimensiones y número de ítems de cada instrumento, su relación con otras variables, la fiabilidad del instrumento (indicada generalmente a través de coeficientes alfa de Cronbach), la población a la que va dirigido el instrumento, el tamaño de la muestra y detalles demográficos específicos como la edad y género de los participantes.
De los instrumentos destacados en la Tabla 2, el Dutch Eating Behavior Questionnaire (DEBQ) es uno de los más frecuentemente utilizados, habiendo sido objeto de múltiples estudios de validez en diversos países y mostrando propiedades psicométricas robustas. Sin embargo, el DEBQ no es de acceso libre para su uso en investigación y adaptación a nuevos contextos, y la AE es solo una de las dimensiones que este evalúa.
El Emotional Eating Scale (EES) evalúa la asociación entre las emociones negativas y la alimentación, adaptándose tanto a personas con sobrepeso como a la población general, aunque sus factores varían entre las versiones de 25 y 31 ítems. El Emotional Eating Questionnaire (EEQ), en su versión en español, se centra en una dimensión específica de la alimentación emocional para la población general. Por su parte, el TFEQ es notable por su aplicación en población mexicana, aunque su subescala de AE es limitada a tres ítems y omite la respuesta alimentaria a emociones positivas. El EITI aborda una gama más amplia incluyendo la identidad alimentaria, y el FEED se focaliza en emociones negativas en contextos clínicos. El PNEES, disponible en español, cubre emociones positivas y negativas, siendo versátil para diversos estudios. Finalmente, el EAE, adaptado para México, incorpora una perspectiva cultural en la AE pero con limitaciones en la confiabilidad de algunas dimensiones.
En relación con el diseño de los ítems de las escalas que se analizaron, a excepción del EMAQ, la mayoría consisten en una serie de preguntas o afirmaciones sobre el deseo o la frecuencia de la ingesta de alimentos en respuesta a emociones negativas y, a veces, positivas, que se responden en una escala de Likert, por ejemplo, nunca hasta muy a menudo.
En esta investigación se destaca la diversidad de formas de evaluar el constructo en términos definición del constructo, de la exhaustividad con la que se evalúa y las dimensiones relacionadas, por lo que considera la importancia de seleccionar el instrumento adecuado en función de los objetivos específicos del estudio y la población objetivo.
Tabla 2. Instrumentos identificados que miden la AE en adultos
Nota: Alimentación emocional= AE; CA=Conducta Alimentaria; AFE=Análisis Factorial Exploratorio; AFC= Análisis Factorial Confirmatorio; MES=Modelo Ecuaciones Estructurales, S=Sí; N=No; EAT-26=Eating Attitudes Test-26; KomPAN= Questions from the Dietary Habits and Nutrition Beliefs Questionnaire;EAT-40=Eating Attitudes; Test-40; IMC= Indice de Masa Corporal; PANAS=Positive and Negative Affect Schedule; SCL-90=Symptom checklist-90, EDI-1=Eating disorder inventory; SCL90=Symptom checklist-90, EDI-1=Eating disorder inventory, EAT=Eating Attitude Test; BES=Binge Eating Scale; MAAS=Mindful Attention Awareness Scale; BIAAQ=Body Image Acceptance and Action Questionnaire; DAS-21=Depression Anxiety Stress Scale; EDE-Q=Eating Disorders Examination Questionnaire; SCID-NP=Structured Clinical Interview for DSM-III-R (SCID); POMS=Profile of Mood States Manual; TFEQ=Three-Factor Eating Questionnaire; SF-36=The SF-36 Health Questionnaire; HADS-D =Hospital Anxiety and Depression Scale Depression Subscale; IPAQ=International Physical Activity Questionnaire; SES=Self-Esteem Scale; CES=Compulsive Eating Scale; FCQ=Food Craving Questionnaire; BDI=Beck Depression Inventory; SAS=Spielberger Anxiety Scale; AVAS=Appetite Visual Analogue Scale, WHG=Weight and Height Gage; FSCRS=Forms of Self-Criticizing and Reassuring Scale; OAS=Other as Shamer Scale; MEQ=Mindful-Eater- Questionnaire; EES=The Emotional Eating Scale; EDE-Q=Eating Disorders Evaluation-Questionnaire; BES=Binge Eating Scale; SCL-90-R=Symptom Checklist-90; HADS=Hospital Anxiety and Depression Scale; TFEQ-R18=The Three-Factor Eating Questionnaire; BULIT-R=Binge Eating subscale from Bulimia Test-Revised; BAQ=The Body Awareness Questionnaire. * p < 0.05. **p < 0.01. ***p < 0.001.
Tabla 3. Tabla resumen de los artículos encontrados
DISCUSIÓN
El propósito de este estudio fue explorar y evaluar los instrumentos de autorreporte diseñados para medir la alimentación emocional (AE) y examinar sus propiedades psicométricas. A través de una revisión sistemática, identificamos doce herramientas prominentes (DEBQ, EMAQ, EES, EEQ, TFEQ-18, EADES, EITI, FEED, PNEES, SEES, WREQ-C, EAE) utilizadas tanto a nivel nacional como internacional, lo que refleja la riqueza de enfoques en el estudio de la AE. Estos abarcan desde medidas específicas de AE hasta instrumentos que incluyen la AE como una subcategoría dentro de un estilo de alimentación más amplio.
La diversidad de instrumentos plantea la pregunta de si la AE es un constructo único o un aspecto de otros constructos. Esto se ejemplifica en la manera en que se clasifica a los individuos según su estilo de alimentación y cómo se cuestiona el papel de la AE dentro de esta clasificación. Los ítems de las herramientas suelen centrarse en el deseo de comer durante estados emocionales negativos, un aspecto que ha sido criticado por su falta de consistencia con la evidencia experimental y la preocupación por medir percepciones en lugar de frecuencias de conductas alimentarias emocionales reales.
La AE, que comúnmente se asocia con emociones negativas, solo es considerada en su relación con emociones positivas por una minoría de los instrumentos revisados. Este hallazgo sugiere una laguna en la comprensión integral del constructo y sus manifestaciones. La importancia de diferenciar entre emociones y estados de ánimo en la medición de la AE se resalta, dada su relevancia para la interpretación de la ingesta de alimentos como respuesta emocional. A esto se suma la relevancia del contexto en la conducta de AE, que se evidencia en el hecho de que el EMAQ es el único instrumento que diferencia entre las situaciones que desencadenan la ingesta.
Los tipos de alimentos consumidos en respuesta a emociones no están incluidos en la mayoría de las escalas de AE, lo cual podría limitar la comprensión de este fenómeno. La inclinación hacia alimentos altamente palatables en momentos de carga emocional es un aspecto crucial que no ha sido abordado de manera suficiente en la investigación actual.
La validez y confiabilidad de los instrumentos varían ampliamente. Algunos, como el DEBQ, han demostrado una estructura factorial coherente y aplicabilidad internacional, mientras que otros, como el FEED y el EADES, aún requieren más estudios que respalden su validez. El uso del análisis factorial exploratorio y la limitada aplicación en muestras específicas es un punto débil para ciertos instrumentos. La estructura factorial y la confiabilidad reportadas también muestran variaciones entre diferentes poblaciones y estudios.
La relación de la AE con variables como el índice de masa corporal (IMC), edad y sexo ha sido explorada, revelando una gama de prevalencias y asociaciones. La comprensión de estas relaciones es esencial, especialmente en el contexto de la diversidad de muestras. Es notable que los hallazgos más recientes sugieren que la AE no está directamente relacionada con el estado nutricional, lo que pone en duda las concepciones anteriores que asociaban principalmente la AE con el sobrepeso y la obesidad.
Los instrumentos de AE han mostrado resultados divergentes en términos de prevalencia y asociación con diversas variables demográficas. Algunos estudios destacan una mayor incidencia de AE en mujeres, mientras que otros no encontraron diferencias significativas entre sexos, particularmente en poblaciones adolescentes. Similarmente, estudios sobre la prevalencia en relación al peso corporal han mostrado una tendencia a la AE en personas con normopeso que desafía los resultados de investigaciones anteriores. Estas discrepancias subrayan la influencia de las diferencias metodológicas y de muestras en los resultados de la AE.
Además, se observan discrepancias en cuanto a las variables asociadas con la AE. Por un lado, se reconoce el impacto del estrés y las emociones negativas, mientras que otros estudios enfatizan la presencia de la AE en respuesta a emociones positivas, lo que sugiere la relevancia de la intensidad emocional y las habilidades de regulación emocional. Esto se refleja en la inclusión de emociones positivas en la evaluación de la AE en cuatro de los instrumentos revisados, una consideración probablemente influenciada por diferencias culturales.
La revisión destaca la omisión frecuente de aspectos culturales en el desarrollo y validación de instrumentos de AE, lo cual puede sesgar la comprensión del fenómeno. Se recomienda la inclusión de elementos culturales y familiares para una valoración más ajustada a la realidad sociocultural de la población objetivo, como lo ilustra la EAE desarrollada por Rojas y García-Méndez (2017), que incorpora la cultura y la familia como factores relevantes.
CONCLUSIONES
La revisión actual ha puesto de manifiesto la diversidad y complejidad de los instrumentos utilizados para medir la alimentación emocional (AE). La identificación de doce instrumentos, que varían desde enfoques específicos hasta aquellos que integran la AE como parte de un constructo más amplio, subraya la necesidad de una mayor clarificación conceptual y metodológica en este campo.
Así mismo, se ha demostrado la necesidad de revisar y proponer instrumentos válidos y confiables en la clínica y la investigación para identificar y evaluar la eficacia de las intervenciones dirigidas a la AE, ya que se ha observado que mientras que herramientas como el DEBQ han demostrado consistencia y aplicabilidad internacional, otras, como el FEED y el EADES, requieren validaciones adicionales para establecer su utilidad en diferentes contextos culturales y demográficos.
Por otro lado, la revisión ha evidenciado una falta de atención a las emociones positivas y al contexto situacional en la medición de la AE, además de una falta de precisión en la medición de conductas alimentarias específicas. La investigación futura debe abordar estos retos, enfocándose en una recolección más objetiva de la ingesta alimentaria y la influencia de las emociones en la elección de alimentos.
Finalmente, dado que la relación entre la AE y variables como el IMC, la edad y el sexo presenta una amplia gama de prevalencias y asociaciones, resaltando la complejidad del fenómeno , es imperativo adoptar un enfoque interdisciplinario que considere una variedad de factores en el desarrollo de instrumentos de AE, asegurando que sean culturalmente sensibles y aplicables en diversas poblaciones, integrando la psicología y la nutrición para mejorar la comprensión de cómo diferentes estados emocionales influyen en la ingesta alimentaria, y facilitará el desarrollo de intervenciones más efectivas y personalizadas.
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Fueron incluidos en la revisión sistemática