Editorial

 

 La Revista Simbiosis está llegando a su tercer número a nueve meses de su nacimiento en octubre de 2021, en medio de la pandemia de Covid19 que lleva más de dos años ininterrumpidos y parece interminable, con oleadas de altos contagios que alertan a seguir usando cubrebocas, gel en las manos, sanitización de restaurantes, transportes y espacios públicos cerrados.

Son ya 30 meses en que la educación se ha visto confinada en mucho y mediada por tecnologías maravillosas de teleconferencias colectivas, pero que limitan los efectos formativos del contacto visual, la camaradería en el aula y, sobre todo, en los recesos; la charla cercana, personal, confidencial, entre compañeros y amigos, así como entre docentes y entre docentes y alumnos. Han disminuido las risas y el murmullo de los salones de clase y de los pasillos en las escuelas y universidades. Ha sido mucho más difícil organizar y compartir eventos culturales y cívicos. Las comunidades escolares se debilitan mientras cada quien se desgasta en horas sentado frente a la pantalla.

 

Muchos prefieren mantener apagada la cámara y el micrófono para evitar que los ruidos y movimientos caseros interfieran con las clases y muestren parte de la intimidad de los hogares. Algunos sí comparten la estética casera cuando participan con la cámara abierta, permitiendo que los demás amplíen el contexto para entender las vivencias, opiniones y preguntas de quienes hablan.

 

Docentes, estudiantes, directivos y padres de familia se han ido familiarizando poco a poco con las posibilidades y las limitaciones pedagógicas de los instrumentos digitales. Algunos valoran el ahorro de tiempo y dinero que invertían en los transportes y llegan a disfrutar de no tener que salir de casa todos los días, afrontando el estrés de las prisas para llegar puntualmente y los problemas de tránsito. Desafortunadamente, muchos han desertado de las aulas al no tener conectividad, dispositivos o espacios suficientes en la casa; en algunos casos, entrando en conflicto familiar porque varios requieren estar conectados al mismo tiempo, lo que se combina con los mayores niveles de irritabilidad producidos por la prolongación e incertidumbre que generan el encierro y la falta de contactos sociales con actividades recreativas.

En ese contexto, los investigadores y pensadores de la educación y de sus procesos psicológicos han continuado también con el desarrollo de sus proyectos y en este número se integran tres investigaciones y dos reseñas de libros, elaborados por autores de cinco países. Cuatro de América Latina y uno de Europa Latina.

 

El primero de ellos analiza el significado, las dificultades, las alternativas y la relevancia formativa de la elaboración de tesis al terminar las licenciaturas. En el segundo se investiga sobre los conocimientos y desafíos que tienen los docentes para la educación inclusiva de estudiantes con limitaciones sensoriales, motrices o cognitivas. En el tercero, se plantea la relevancia de prácticas estéticas en las escuelas latinoamericanas como parte del movimiento psicopedagógico para la decolonialidad y la emancipación de los pueblos. Después tenemos la reseña de dos interesantes libros psicoeducativos, uno de Cuba y otro de España. Esperamos que los lectores de este número se beneficien mucho de las aportaciones de los autores, a quienes agradecemos su colaboración.

 

Queremos terminar esta presentación mencionando el entusiasmo y esperanza que irradian a toda la América Latina (Abya Yala) por el triunfo del Pacto Histórico, en Colombia, por los avances constituyentes en Chile y por las expectativas de triunfo de Lula Da Silva en Brasil el 2 de octubre de este año. Que nunca más el autoritarismo, la represión, la violencia y la corrupción se adueñe de nuestros países.

 

Hemos avanzado en el registro de la revista Simbiosis y esperamos ya pronto tener el número de ISSN para luego proceder a solicitar su inclusión en diferentes índices de publicaciones científicas periódicas.

 

Marco Eduardo Murueta

Editor