Simbiosis. Revista de Educación
y Psicología, Volumen 4, No. 7, enero-junio 2024, ISSN-e: 2992-6904,
Páginas 07- 20
Determinantes volitivas y emocionales epistémicas del desempeño matemático
bajo en estudiantes universitarios mexicanos
Volitional
and epistemic emotional determinants of low mathematical performance in Mexican
university students
Determinantes volitivos e emocionais epistêmicos do baixo desempenho matemático em estudantes universitários
mexicanos
Sandra
Castañeda Figueiras |
Rodrigo Peña Durán |
Iván
Leonardo Pérez Cabrera |
Universidad Nacional
Autónoma de México, Ciudad de México, México
Recibido: 02 de agosto 2023 | Arbitrado: 06 de septiembre 2023 |
Aceptado: 29 de octubre 2023 | Publicado 02 de enero 2024
https://doi.org/10.59993/simbiosis.v4i7.34
RESUMEN
El objetivo fue poner
a prueba un modelo hipotético de variables volitivas y emocionales, sobre el
desempeño en habilidades matemáticas de aritmética y álgebra, en una muestra de
678 estudiantes de siete instituciones de Educación Superior de México. La recolección
de datos se llevó a cabo mediante: a) un inventario de auto reporte sobre
variables volitivas, de regulación y de emociones epistémicas y b) una prueba
de ejecución en matemáticas, ambos validados previamente. El modelo resultante
se validó mediante análisis de senderos y mostró índices altos de ajuste
práctico donde, se identificaron dos efectos principales: las variables
volitivas y de regulación emocional ejercen efectos indirectos sobre el
desempeño en matemáticas; mientras que las emociones epistémicas de confusión
ejercen un efecto directo sobre los diferentes niveles de desempeño matemático.
Palabras
clave: Habilidades matemáticas; Volición; Emociones; Análisis
de senderos; Agencia académica
ABSTRACT
The objective was to test a hypothetical model of volitional and
emotional variables, on the performance about mathematical skills of arithmetic
and algebra, in a sample of 678 students from seven Higher Education
Institutions from Mexico. Data collection was carried out through: a) a
self-report inventory on volitional variables, emotion regulation and epistemic
emotions and b) a performance test in mathematics, both previously validated.
The resulting model was validated through path analysis and showed high rates
of practical fit where two main effects were identified: volitional and
emotional regulation variables exert indirect effects on mathematics
performance; while the epistemic emotions of confusion have a direct effect on
the different levels of mathematical performance.
Keywords: Mathematical skills; Volition; Emotions; Path análisis; Academic agency
RESUMO
O objetivo foi testar
um modelo hipotético de variáveis volitivas e emocionais sobre o desempenho em
habilidades matemáticas de aritmética e álgebra, em uma amostra de 678
estudantes de sete instituições de ensino superior no México. A coleta de dados
foi realizada por meio de: a) um inventário de autorrelato
sobre variáveis volitivas, de regulação e emoções epistêmicas e b) um teste de
desempenho em matemática, ambos previamente validados. O modelo resultante foi
validado através de análise de caminho e apresentou altos índices de ajuste
prático onde foram identificados dois efeitos principais: as variáveis de
regulação volitiva e emocional exercem efeitos indiretos no desempenho em
matemática; enquanto as emoções epistêmicas de confusão exercem um efeito
direto em diferentes níveis de desempenho matemático.
Palavras-chave:
Habilidades matemáticas; Vontade; Emoções; Análise de
trilhas; Agência acadêmica
INTRODUCCIÓN
Durante estas dos décadas del Siglo XXI, una
mejor comprensión de los posibles factores que influyen sobre los niveles de
competencia de los estudiantes de educación terciaria, en los diferentes campos
del conocimiento, nos ha llevado a concentrarnos en entender la inversión que
hace el estudiante de sus recursos cognitivos, afectivo motivacionales y otros
más cuando aprende académicamente, tomando en cuenta sus conocimientos teóricos
previos, tanto como sus habilidades de análisis (y síntesis), así como la motivación
y el esfuerzo invertidos (y el tiempo), en la solución a los problemas que le
representan las demandas de aprender. Tal identificación nos permite, tanto a
los estudiantes, como a los investigadores, establecer la complejidad del
aprendizaje y conceptualizar, así como examinar sus constructos fundamentales.
Con base en ello y siguiendo a Dinsmore (2017), tres dimensiones caracterizan los modelos
desarrollados en el campo de la investigación del aprendizaje académico, son:
a) los niveles de procesamiento (superficial y profundo); b) el abandono
gradual de los modelos de rasgo y c) la consideración de los modelos de estado.
Estos enfoques de estado, buscan conocer las características (procesos y
estrategias) que intervienen en un episodio concreto. Ello implica una
perspectiva transaccional entre la persona y su contexto, donde las
características de la situación y las metas entrarán en juego con las
valoraciones que los individuos hacen de éstas, activando diversos componentes
(Boekaerts, 1996; Castañeda, Peñalosa y Austria,
2014; Peña y Castañeda, 2016). Así, los enfoques orientados a los procesos en
situación presentan una perspectiva funcional, en la cual se busca entender la
arquitectura o el diseño funcional del proceso que ocurre dentro de los individuos
(Cervone, 2005), conjugando componentes cognitivos,
afectivo-emocionales y volitivos, como variables de personalidad, cuyos efectos
son una resultante transaccional entre el contenido, el dominio y la tarea.
Desde esta perspectiva, se rompe con la idea de
consistencia de la personalidad y el comportamiento que han asumido muchas
posturas psicológicas (Mischel, 1973). Más bien, y al
igual que en los modelos de Agencia Académica (Castañeda, 2012; Castañeda et
al., 2014), se hace necesario el cambio de Modelos de rasgo a Modelos de
estado, orientando los estudios hacia la noción de episodios de aprendizaje, ya
que éstos se circunscriben a diseños construidos, representativos de
situaciones específicas del aprendizaje académico, facilitando con ello una mayor
capacidad descriptiva y, en el mejor de los casos explicativa, como lo
constituye el escenario construido por tareas matemáticas, como es nuestro caso
en este trabajo. De esta forma, es que se plantea que un estudiante que activa
determinados componentes en una situación de aprendizaje concreta, podrá no
activarlos en otra, lo que ayudaría a comprender por qué los estudiantes tienen
o no éxito en el aprendizaje de actividades con diferencias en los niveles de
contenido y/o complejidad (Castañeda y Martínez, 1999).
Ejemplos de ello se ven continuamente en los
contextos educativos, donde estudiantes que tienen mayor éxito en asignaturas
teóricas pueden no tenerlo en asignaturas con demandas más pragmáticas, y
viceversa, o bien, dentro de una misma asignatura, mostrar diferencias
importantes en la comprensión de los contenidos temáticos o bien, mostrar más
pericia en la consecución de ciertas actividades sobre otras, como puede ser el
caso de la elaboración de un ensayo sobre la implementación e interpretación de
algoritmos matemáticos para la realización de análisis estadísticos, o la
habilidad para el diagnóstico de una enfermedad sobre la realización de una
técnica quirúrgica.
A partir de todo lo anterior, Dinsmore (2017) enfatiza que la calidad y la condicionalidad
del uso estratégico son más importantes que la simple frecuencia de uso; y que
las condiciones dentro del estudiante y dentro del entorno sirven para
determinar qué estrategias resultan más o menos efectivas. Esto ha generado el
interés de los investigadores por poner a prueba modelos que incluyen
constructos de diferente naturaleza como la metacognición,
el aprendizaje autorregulado, el procesamiento estratégico, las estrategias de
nivel profundo y superficial, la motivación, el control percibido y la
volición, entre otros muchos.
Sin lugar a duda, estas dos décadas de
investigación en este campo, han facilitado darse cuenta de que hay más dimensionalidad de la que se había considerado previamente
en la literatura (Alexander, 2017). En donde el reto, consiste en integrar o al
menos conciliar los diversos modelos de aprendizaje en la Educación Superior
que pueblan la literatura, buscando desarrollar las bases para una mega teoría
del aprendizaje en la Educación Superior (Fryer,
2017).
En este sentido, un atributo que se torna de
gran interés para entender el aprendizaje académico es el control percibido, el
cual según lo mencionado por Fryer (2017), se refiere
a las creencias de los individuos de que pueden ejercer influencia sobre sus
circunstancias actuales.
De aquí que atributos de control percibido como
la volición, la regulación emocional y las emociones epistémicas, puedan
ejercer influencia sobre la ejecución en tareas académicas complejas, como son
las tareas matemáticas. Y, sobre todo, que dicha influencia reciba pesos
diferenciales dependiendo de la naturaleza del atributo, del nivel de dominio
que tenga el sujeto sobre él, así como de la dificultad que le representa.
Asimismo, el desarrollo de estos modelos
teóricos demanda como requisito necesario, pero no suficiente, la medición de
las relaciones teóricamente postuladas entre las variables propuestas, en donde
análisis de correlaciones múltiples como como el análisis de regresión
múltiple, el análisis de trayectorias, los análisis de factores exploratorios
(EPT) y confirmatorios (CFA), así como técnicas más sofisticadas de modelado de
ecuaciones estructurales (SEM) (Bollen, 1989; Byrne, 1989;
Byrne, Shavelson y Muthén, 1989; Cuttance y Ecob, 1987), se tornan en una herramienta útil para su
estudio, ya que a través de ellos es posible probar hipótesis y, en
consecuencia, discriminar entre teorías o modelos de inteligencia y personalidad
que compiten entre sí.
Al medir las variables de personalidad e
inteligencia, existe una necesidad más que evidente de medición multivariada en
lugar de univariada (Boyle,
1991). La estructura psicológica intrapersonal comprende una amplia gama de
características de personalidad y capacidades cognitivas (Boyle,
1983, 1987), de modo que se necesita una medición multivariada. La manipulación
experimental o la intervención pueden tener efectos significativos en varias
variables psicológicas simultáneamente, que la medición univariada
no es capaz de controlar con éxito (Boyle, 1985).
Es aquí, que el diseño de instrumentos y
modelos multidimensionales sobre aprendizaje académico pueden aportar
información valiosa para el desarrollo teórico y la comprensión del éxito o
fracaso en el desempeño en una tarea académica, considerando la influencia de
componentes de naturaleza diversa.
Con base en ello, es que la presente
investigación se orienta a abordar algunos atributos que componen la dimensión
de la personalidad, en cuanto al control percibido se refiere, en vista de que
implica una relación entre la capacidad que tiene el sujeto para intervenir en
los acontecimientos y los medios requeridos para realizar las acciones que le
permiten poder intervenir (Cervone et al., 2011). Es,
precisamente, en este ámbito que se retoman componentes volitivos, de
regulación emocional y de emociones epistémicas, ya que estos han mostrado
tener influencia sobre el logro de éxito ante tareas de alta complejidad, en
diferentes contextos.
La volición es un constructo considerado como
una característica especial y distintiva de la humanidad, así como de sus
acciones, lo cual se vincula a la idea del libre albedrío (Ross, 2007), en
donde, de modo particular, en el campo educativo, este elemento muestra efectos
sobre la mejora de los logros y optimizaciones del desempeño (De Raad y Schouwenburg, 1996).
La volición, por tanto, hace hincapié en la
capacidad de las personas para dirigirse a sí mismos para desempeñar una
actividad que va en contra de sus tendencias motivacionales inmediatas,
influyendo directamente sobre el desempeño y logro de metas (Heckhausen y Kuhl, 1985; Kuhl, 1985). De este modo se genera un control de acción
que facilita la adopción de acciones previstas para mantener una intención
activa en la memoria y protegerla de la competencia de otras tendencias de
acción, con ello, se presentan procesos autorregulatorios
que permiten a los sujetos formar, mantener e implementar (o liberarse) de sus
propias intenciones, logrando un mejor funcionamiento en situaciones de alta
exigencia (Kuhl, 2000; Jostmann
y Koole, 2010).
Así, y priorizando los elementos volitivos a
ser considerados en este estudio, se retoman los correspondientes a: la
orientación a la acción y al estado, con relación al desempeño (refiere a la
capacidad que tienen las personas de permanecer en el modo orientado a la acción
cuando sea necesario para lograr una tarea, en comparación con mostrarse
distraído (Kuhl, 1994). Se contemplan dos variables
en cuanto a esta capacidad volitiva en el comportamiento, las cuales son la
persistencia y la volatilidad. Donde, la primera representa el grado en que las
personas tienen la capacidad para mantener el desarrollo de acciones
encaminadas a metas, dando lugar a que, los sujetos se muestran persistentes y
tiendan a enfocarse en una actividad hasta completar y resolver la misma (sobre
todo en actividades complejas y/o de larga duración) (Kuhl,
1994; Kuhl y Beckman,
1994). Por su parte, la volatilidad enfatiza el grado en que las personas
tienden a tener problemas para mantener acciones encaminadas a metas, de tal
modo que, se muestran distraídos y tienden a pasar de una actividad a otra, sin
completar las mismas (Kuhl, 1994; Kuhl
y Beckman, 1994).
En cuanto a la regulación emocional, ésta es
entendida como el conjunto heterogéneo de procesos por los que las emociones se
regulan, mismos que pueden ser automáticos o controlados, conscientes o
inconscientes, y que pueden tener efectos sobre uno, o más puntos, del proceso
generativo de la emoción (Gross y Thompson, 2007).
Acorde a ello, Gross y Thompson (2007), establecen
tres aspectos básicos de la regulación emocional:
a)
Las
personas pueden regular las emociones negativas o positivas, ya sea para
disminuirlas o aumentarlas en función de lograr metas específicas, lo que da
lugar a que se puedan regular a la baja emociones negativas como la ira, la
tristeza y la ansiedad.
b)
La
actividad reguladora de la emoción, inicialmente se da de forma deliberada pero
más tarde se puede producir sin conocimiento consciente. Sin embargo, es
preferible abordar la regulación emocional en forma de regulación continua,
esforzada y controlada, en lugar de tratarle como una regulación inconsciente,
sin esfuerzo y automática.
c)
Los
procesos de regulación emocional se pueden utilizar para hacer las cosas mejor
o peor, dependiendo del contexto.
Acorde con el Modelo modal de la emoción, se
destacan cinco puntos en los que las personas pueden regular sus emociones.
Estos cinco puntos representan cinco familias de los procesos de regulación
emocional (Gross, 1998, 2001; Gross
y Thompson, 2007; John y Gross, 2007): (1) selección
de la situación (evitar vs mantenerse); (2) modificación de la situación
(adaptarla vs preservarla); (3) despliegue de atención (distraerse vs
concentrarse); (4) cambio cognitivo (revaloración vs rumiación);
y (5) modulación de la respuesta (cambio vs supresión/expresión de
agresividad).
De ellos, en el presente estudio se retoma el
componente del cambio cognitivo, el cual refiere a la capacidad de cambiar cómo
valoramos la situación en la que estamos, a fin de alterar su significado
emocional, ya sea cambiando la forma en que pensamos acerca de la situación o
sobre nuestra capacidad para gestionar las demandas que plantea (Gross y Thompson, 2007). Una forma de cambio cognitivo que
ha sido objeto de especial atención, es la revaloración (Gross,
2001; John y Gross, 2007; Ochsner
y Gross, 2007), en donde se cambia el significado de
la situación a la construcción de un significado más positivo de los muchos que
pueden asociarse a esa situación, de tal manera que se altere el impacto
emocional de la misma (John y Gross, 2007).
Finalmente, en lo que respecta a las emociones
epistémicas, éstas son emociones que son producidas por las características
cognitivas de las tareas de conocimiento y por las actividades generadoras de
conocimiento, es decir, son las emociones que surgen cuando el objeto se centra
en el conocimiento y el conocer, así como de los intentos por resolver la
incongruencia cognitiva. Así, este tipo de emociones pueden implicar sorpresa,
curiosidad, disfrute, confusión, ansiedad, frustración o aburrimiento (Trevors et al., 2016; Muis et al., 2015; Pekrun y Linnenbrink-Garcia, 2014;
Pekrun y Stephens, 2012).
De las emociones epistémicas anteriormente
mencionadas, la curiosidad y la confusión, son consideradas las emociones con
la mayor naturaleza epistémica, en donde la primera es aquella que surge cuando
se presenta una información o situación nueva cuyas respuestas pueden tener
importantes implicaciones prácticas para los estudiantes (Muis et al., 2015).
Esta emoción orienta la manera en que los individuos se acercan a resolver un
problema complejo, es decir, influirá en cómo harán el plan para resolver el
problema, cuáles metas establecerán y que estrategias utilizarán para alcanzar
la meta (Muis et al., 2015; Morton, 2010).
Siguiendo lo anterior, los individuos pueden
involucrarse en la solución de problemas sin tener que presentar la emoción de
curiosidad, empero la curiosidad, guía el involucramiento profundo y las
estrategias de procesamiento profundo, durante la solución de problemas (Muis
et al., 2015).
La confusión es la emoción que surge cuando se
presenta una incongruencia cognitiva que los estudiantes tienen que resolver y
que, por lo general, genera un conflicto de información o una contrariedad con
lo que el estudiante asume como verdadero (Muis et al., 2015).
La confusión sólo es benéfica para el
aprendizaje cuando puede ser resuelta mediante estrategias apropiadas (Muis et
al., 2015), es decir, cuando los individuos se conducen por la necesidad de
reducir la confusión. Pero, no toda la confusión permite ganancias en el
aprendizaje. Por ejemplo, si se han tenido varios intentos fallidos en resolver
el problema, es decir, no se ha tenido éxito, el estudiante puede recurrir a
estrategias de procesamiento superficial, debido a los limitados recursos
cognitivos disponibles y, por ende, tendría pocas ganancias de aprendizaje,
limitadas en tiempo o profundidad (D’Mello et al.,
2014).
En breve, cuando la confusión se percibe como
soluble, la tarea será concebida por el estudiante como algo que ostenta una
solución y que el estudiante puede lograr resolver; en tanto que la confusión
sea percibida como no soluble, la tarea será concebida por el estudiante como
algo que ostenta una solución pero que el estudiante no será capaz de lograr, o
bien, que no tiene solución y, por tanto, no es posible realizarla.
Con base en estas consideraciones,
desarrollamos un modelo hipotético de componentes volitivos, de regulación
emocional y de emociones epistémicas en una tarea de matemáticas, el cual
consideró inicialmente como variables exógenas a las emociones epistémicas, en
vista de que se consideraba que éstas tendrían efectos para explicar las otras
variables internas (volitivas, de regulación emocional y el desempeño en
matemáticas).
Aunado a ello, se consideró a las variables
volitivas y de regulación emocional como variables intervinientes, ya que se
planteaba, que éstas serían influidas por las emociones epistémicas e
influirían directamente al nivel de desempeño en matemáticas, siendo este
último la variable dependiente en el modelo (ver figura 1).
Figura 1. Modelo Hipotético de Agencia
Académica en el Desempeño Matemático: Volición, Regulación Emocional y
Emociones Epistémicas
El modelo hipotético, por tanto, planteaba que
las emociones epistémicas serían las gestoras de las variables volitivas y
regulatorias emocionales, de tal modo que la emoción generada moldearía las
acciones de persistencia o volatilidad, así como la forma de revaloración o rumiación emocional durante la tarea matemática; mientras
que estas variables volitivas y regulatorias emocionales serían las
responsables directas del nivel de desempeño mostrado por el estudiante.
MÉTODO
La
investigación se caracteriza por contar con un diseño de tipo cuantitativo
multivariado, transversal y de observaciones pasivas.
Para
ello, se consideró una muestra intencional no probabilística de 678 estudiantes
de 23 licenciaturas de siete instituciones de Educación Superior de México:
Universidad Nacional Autónoma México, Universidad Autónoma de Chapingo,
Universidad Autónoma de Guadalajara, Universidad Nacional Autónoma de Chiapas,
Universidad de Veracruz, Universidad de Sonora y el Instituto Tecnológico de
Apizaco. Los estudiantes pertenecían a diferentes programas académicos de
Educación Superior: Físico-Matemáticas e Ingenierías (27.7%), Biológicas y de
la Salud (8.3%), Sociales (25.7%) y Humanidades y Artes (38.3%).
La
aplicación de los instrumentos se llevó a cabo de manera virtual mediante una
adecuación de la herramienta Metaevaluador Web
(Pérez, Castañeda y Peñalosa, 2016 adaptación 2018), en las instalaciones de
los centros de cómputo de las instituciones participantes. Para la medición de
las variables del estudio, se utilizó el Inventario de Volición, Regulación
Emocional y Emociones Epistémicas en el Aprendizaje Académico autorregulado en
su versión posterior a la tarea (VyRE Post) y una
prueba de ejecución en habilidades matemáticas (Peña, Castañeda y Pérez, 2022).
El
procedimiento emprendió cinco fases para su desarrollo: (1) aplicación de la
prueba de solución de problemas matemáticos; (2) aplicación del VyREPos; (3) análisis de distribución nomotética para la
conformación de los grupos: bajo, medio bajo, media alto y alto; mediante el
establecimiento de los límites superior e inferior obtenidos a partir de la
media y la desviación estándar; y (4) validación del modelo de Componentes
Volitivos, de Regulación Emocional y de Emociones Epistémicas en una Tarea de
Matemáticas mediante Path Analysis
(análisis de senderos) con el software EQS versión 6.1 (Bentler,
2006).
RESULTADOS
La validación del modelo de Modelo
de Agencia Académica en el Desempeño Matemático: Volición, Regulación Emocional
y Emociones, incorporó el nivel de desempeño total logrado en los reactivos de
la prueba de ejecución en habilidades matemáticas, así como también el nivel
mostrado en los constructos del VyRE - Pos. Asimismo,
con la finalidad de estandarizar la métrica de las puntuaciones
correspondientes a cada variable utilizada, se utilizaron los cuatro grupos
correspondientes a la distribución nomotética, lo que dio lugar a que cada
variable contara con cuatro grados libertad.
Los resultados obtenidos de los
análisis de validación del modelo a través del análisis de senderos (path análisis), se realizaron mediante el método de
estimación de máxima verosimilitud, en vista de que es el más común, acorde al
nivel de medida y tamaño de la muestra (Byrne, 2006;
Pérez, Medrano y Sánchez, 2013). A partir de la muestra tipificada por una
ejecución matemática baja, se generó el modelo, cuya evaluación consideró
diferentes coeficientes de bondad de ajuste (Byrne,
2006): el ajuste acorde al coeficiente de X2; los índices de ajuste comparativo
(NFI, NNFI y CFI), con valores iguales o mayores a 0.90, considerados
representativos de un buen ajuste, aunque se aconseja que sean cercanos o
superiores a 0.95; el índice de ajuste incremental (IFI) con valores cercanos a
0.95; los índices de ajuste absoluto con valores superiores a 0.89 para el MFI,
e iguales o superiores a 0.90 para el GFI y el AGFI; y los índices de desajuste
absoluto con valores iguales o menores a 0.05 para el RMR y el SRMR, así como
valores iguales o menores a 0.08 para el RMSEA.
Cabe mencionar que, con la finalidad
de mejorar el ajuste se efectuó la re-especificación del modelo, sin perder la
congruencia con la teoría subyacente, cambiando las variables exógenas al lugar
de las intervinientes y viceversa, ya que el primer modelo no cumplía
requisitos de desajuste absoluto (RMSEA).
Así, el modelo resultante (ver
figura 2) planteó a las variables volitivas y de regulación emocional como
exógenas, ya que no reciben influencia de otros constructos y a las emociones
epistémicas como variables intervinientes. Asimismo, los resultados de
validación del modelo, indican que el modelo teórico no difiere
significativamente de la matriz de estructura de covarianza empírica, según sus
índices de ajuste práctico, por lo que el modelo resultante es adecuado.
Figura 2.
Modelo validado e índices de bondad de ajuste del Modelo de Agencia Académica
en el Desempeño Matemático: Volición, Regulación Emocional y Emociones
Epistémicas
Los datos de la X2 obtuvieron valores por
encima de cero, por lo que no presentaron ajuste estadístico. Sin embargo, los
demás coeficientes de ajuste práctico sí permitieron evaluar la
representatividad del modelo y determinar si las relaciones entre las variables
del modelo estimado reflejan adecuadamente las relaciones observadas en los
datos (Weston y Gore, 2006).
Con base en ello, el modelo obtuvo índices de
ajuste práctico superiores a 0.95, lo que denota su alta representatividad. De
igual forma, los índices de desajuste absoluto obtuvieron coeficientes
adecuados, tal como se esperaba de la re
especificación del modelo.
Con base en estos resultados, se hizo posible
plantear que la confusión soluble contribuye positivamente de manera directa a
la explicación del desempeño en matemáticas; mientras que la confusión no
soluble afecta negativamente al desempeño en matemáticas y la curiosidad se
mantiene neutral sobre el desempeño.
Asimismo, la revaloración emocional y la
persistencia influyen de manera directa sobre la confusión soluble. En tanto
que la curiosidad y la confusión no soluble, muestran que sólo la revaloración
emocional tiene efectos inversos sobre la confusión no soluble. En cambio, el
desempeño en matemáticas en la condición de confusión soluble mostró que estas
variables influyen indirectamente, sobre la curiosidad y la confusión no
soluble.
Por su parte, la rumiación
emocional y la volatilidad tienen efectos directos sobre la confusión soluble y
no soluble, dónde únicamente la rumiación emocional
tiene efectos inversos sobre la confusión soluble. De igual forma, estas
variables influyen indirectamente en el desempeño en matemáticas, mediante la
confusión soluble, la curiosidad y la confusión no soluble.
También, cabe hacer notar que, la persistencia
guarda relaciones directamente proporcionales con la revaloración emocional, y
éstas a su vez muestran relaciones inversamente proporcionales con la
volatilidad y la rumiación emocional, como era de
esperarse; mientras que se presenta el caso contrario con respecto de la
volatilidad y la rumiación emocional, quienes se
relacionan de manera directamente proporcional entre sí, e inversamente
proporcional con respecto de la persistencia y la revaloración emocional.
Aunado a lo descrito arriba, fue posible dar
cuenta que los valores de la R2 en el desempeño en matemáticas (0.217) plantea
una contribución moderada de las variables volitivas, de regulación emocional y
emocionales epistémicas, así como una alta explicación de la variabilidad en la
curiosidad (0.380), la confusión soluble (0.463) y la confusión no soluble
(0.722).
En cuanto a los efectos identificados entre las
variables volitivas, de regulación emocional, de emociones epistémicas y de
desempeño en la Prueba de solución de problemas matemáticos, éstos, fueron
calculados a través de los diferentes senderos indicados en el modelo, a partir
de los cuales se puede plantear que el efecto más notorio es el efecto directo
y total derivado de la confusión no soluble (-0.400); mientras que el efecto
indirecto más relevante fue el que deviene de la rumiación
emocional (-0.349), lo que denota el impacto que tienen estas variables para
afectar negativamente el desempeño en las tareas de matemáticas (ver tabla 1).
Tabla 1. Efectos totales (T), directos (D) e indirectos
(I) de las variables del Modelo de Agencia Académica en el Desempeño
Matemático: Volición, Regulación Emocional y Emociones Epistémicas
Cabe señalar que, como
el modelo integra simultáneamente variables que afectan, tanto positiva como
negativamente al desempeño, muchos efectos indirectos vieron restado su
potencial de impacto. Asimismo, estos resultados permiten evidenciar como el
modelo ha logrado integrar diferentes variables que han sido abordadas de
manera aislada en distintos modelos teóricos sobre el aprendizaje académico (la
volición, la regulación emocional y las emociones epistémicas).
El modelo muestra
claramente la influencia de dos emociones epistémicas, la más fuerte, la
confusión no soluble que caracteriza a esta muestra de estudiantes de ejecución
baja y, en contraparte, en la confusión soluble como un apoyo para solucionar
las tareas.
DISCUSIÓN
Los resultados presentados en este
estudio se mostraron consistentes con sus postulados teóricos correspondientes
en las subdimensiones volitivas de persistencia y
volatilidad, manifestadas en un episodio de aprendizaje altamente exigente y de
larga duración (Kuhl, 2000; Kuhl
y Beckmann, 1994; Jostmann
y Koole, 2010); así como en las subdimensiones
de regulación emocional sobre la revaloración y la rumiación
(Grossy Thompson, 2007); y en las subdimensiones
emocionales epistémicas de curiosidad, confusión soluble y confusión no soluble
(Morton, 2010; Muis et al., 2015).
Así, se ha logrado dar cuenta de las
relaciones que guardan entre sí, componentes de diferente naturaleza y que la
literatura sobre el aprendizaje académico ha abordado de manera aislada, las
cuales se han mostrado lo suficientemente cercanas para la producción de
modelos integrales (Castañeda et al., 2014; Castañeda, Peña y Pérez, 2017).
Con base en ello, es que se pudo
establecer que cuando hay deficiencia en las estrategias de control percibido
(emocionales y volitivas), se tienen efectos adversos en el desempeño en tareas
matemáticas, es decir, entre menos capaz se sienta el sujeto para poder
solucionar la confusión devenida de la tarea y la tarea misma, menor será su
desempeño. Por tanto, estas percepciones que genera el estudiante de sí mismo y
de la tarea pueden actuar como profecías auto cumplidas sobre lo esperado en
cuanto a su desempeño en tareas de alta demanda.
Estos desarrollos ayudan a mejorar
la comprensión multidimensional, dinámica, funcional y
situacional-transaccional que caracteriza a los procesos de aprendizaje,
aspecto que pone en evidencia la necesidad de diversificar la manera de evaluar
las competencias académicas, a fin de incluir metodologías de evaluación que
sean más sensibles para identificar las diferencias cualitativas que se
presentan en un episodio de aprendizaje.
CONCLUSIONES
El
proyecto de investigación tuvo el propósito de poner a prueba un modelo teórico
de Componentes Volitivos, de Regulación Emocional y de Emociones Epistémicas en
una Tarea de Matemáticas, considerando una muestra de estudiantes de ejecución
baja de Educación Superior de México. Ello, fue posible a partir de la
construcción de instrumentos estandarizados y psicometrados.
Los
resultados mostraron que el modelo presenta una calidad psicométrica suficiente
para considerar los resultados como válidos y confiables, dando lugar a que el
modelo muestre un ajuste adecuado con sus referentes empíricos en función de
los factores de volición, de regulación emocional, de emociones epistémicas y
de ejecuciones en los dominios matemáticos de aritmética y álgebra.
De este
modo, gracias a los desarrollos estadísticos multivariados, se ha logrado
avanzar tanto en la generación de herramientas psicométricas, como en la construcción
teórica para la comprensión de la influencia que tienen factores emocionales y
volitivos, planteando no sólo sus plausibles asociaciones, sino también su
contribución para explicar sus efectos conjuntos en una tarea de ejecución en
matemáticas al evidenciar sus múltiples interacciones.
Es así,
como los diversos desarrollos presentados en este trabajo, configuran, por un
lado, herramientas de diagnóstico útiles para conocer las características
subyacentes a los diferentes componentes que influyen diferencialmente en los
desempeños de los estudiantes de Educación Superior en diversos episodios de
aprendizaje, así como la integración de diferentes perspectivas teóricas en la
comprensión del aprendizaje y factores psicológicos influyentes.
REFERENCIAS
Alexander, P. A. (2017). Issues
of Constructs, Contexts, and Continuity: Commentary on Learning in Higher
Education. Educational Psychology Review, 29(2), 345-351. https://doi:10.1007/s10648-017-9409-3.
Bentler, P. (2006). EQS 6.1 for Windows
(Build 90) [Software de Computadora]. Encino, CA:
Multivariate Software, Inc.
Boekaerts, M. (1996). Personality and the
psychology of learning. European Journal of Personality, 10, 377-404. https://doi.org/10.1002/(SICI)1099-0984(199612)10:53.0.CO;2-N.
Bollen, K. A. (1989). Structural
equations with latent variables. Estados Unidos: John Wiley
& Sons. https://doi.org/10.1002/9781118619179.
Boyle G. J. (1983). Effects on academic learning of
manipulating emotional states and motivational dynamics. British Journal of
Educational Psychology, 53(3), 347-357. https://doi.org/10.1111/j.2044-8279.1983.tb02567.x.
Boyle, G. J. (1985). Self-report
measures of depression: Some psychometrics considerations. British Journal of
Clinical Psychology, 24(1), 45-59. https://doi.org/10.1111/j.2044-8260.1985.tb01312.x.
Boyle, G. J. (1987). Typological
mood-state factors measured in the Eight State Questionnaire. Personality and
Individual Difference, 8(1), 137-140. https://doi.org/10.1016/0191-869(87)90022-5.
Boyle, G. J. (1991). Item
analysis of the subscales in the Eight State Questionnaire (8SQ): Exploratory
and confirmatory factor analyses. Multivariate Experimental Clinical Research,
10(1), 37-65. https://www.researchgate.net/publication/308071866_Item_analysis_of_the_subscales_in_the_Eight_State_Questionnaire_8SQ_Exploratory_and_confirmatory_factor_analyses.
Byrne, B. M. (1989). A primer of
LISREL: Basic applications and programming for confirmatory factor analytic
models. New York: Springer-Verlag.
Byrne, B. (2006). Structural
equation modeling with EQS: Basic concepts, applications, and programming. Estados Unidos: Psychology Press.
Byrne, B. M., Shavelson, R. & Muthén, B.
(1989). Testing for the Equivalence of Factor Covariance and Mean Structures:
The Issue of Partial Measurement Invariance. Psychological Bulletin, 105(3), 456-466. https://doi.org/10.1037/0033-2909.105.3.456.
Castañeda,
S. (2012). El sentido de agencia en el aprendizaje de contenidos teóricos. XX
Congreso Mexicano de Psicología. Campeche, México.
Castañeda,
S. & Martínez, R. (1999). Enseñanza y aprendizaje estratégicos: Modelo
integral de evaluación e instrucción. Revista Latina de Pensamiento y Lenguaje,
4(2), 251- 278. https://www.researchgate.net/publication/272151009_Ensenanza_y_aprendizaje_estrategicos_Modelo_integral_de_evaluacion_e_instruccion.
Castañeda,
S., Peña, R. & Pérez, I. (2017). Prediciendo comprensión de textos a partir
de componentes agentivos. Revista de Psicología de la
Universidad Católica de Santa María, 13, 12-34. https://www.academia.edu/34599726/Prediciendo_comprensi%C3%B3n_de_textos_a_partir_de_componentes_afectivos.
Castañeda,
S., Peñalosa, E. & Austria, F. (2014). Perfiles agentivos
y no agentivos en la formación del psicólogo. México:
CONACyT. https://www.academia.edu/17224533/Perfiles_Agentivos_y_no_Agentivos_en_la_Formaci%C3%B3n_del_Psic%C3%B3logo.
Cervone, D. (2005). Personality
architecture: Within-person structure and processes. Annual Review of Psychologie, 22, 1-22. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.56.091103.070133
Cervone, D., Mor,
N., Orom, H., Shadel, W. G.
& Scott, W. D. (2011). Self-efficacy beliefs and the architecture of
personality. En K. D. Vohls
y R. F. Baumeister (Eds.), Handbook of
self-regulation: research, theory, and applications (pp. 461-484). Estados Unidos: The Guilford
Press.
Cuttance, P. & Ecob,
R. (Eds.). (1987). Structural modeling by example: Applications in educational,
sociological, and behavioral research. Cambridge University Press. https://doi.org/10.1017/CBO9780511601118.
D’Mello, S., Lehman, B., Pekrun, R. y Graesser, A. (2014).
Confusion can be beneficial for learning. Learning and Instruction, 29,
153-170. https://doi.org/10.1016/j.learninstruc.2012.05.003.
De Raad,
B. & Schouwenburg, H. C. (1996). Personality in
learning and education: A review. European Journal of Personality, 10, 303-336.
https://doi.org/10.1002/(SICI)1099-0984(199612)10:53.0.CO;2-2.
Dinsmore, D. L. (2017). Toward a
dynamic, multidimensional research framework for strategic processing.
Educational Psychology Review, 29(2), 235-268. https://doi.org/10.1007/s10648-017-9407-5.
Fryer, L. K. (2017). Building
Bridges: Seeking Structure and Direction for Higher Education Motivated
Learning Strategy Models. Educational Psychology Review, 9(2), 325- 344. https://doi.org/10.1007/s10648-017-9405-7.
Gross, J. J. (1998). The
emerging field of emotion regulation: An integrative review. Review of General
Psychology, 2, 271-299. https://doi.org/10.1037/1089-2680.2.3.271.
Gross, J. J. (2001). Emotion
regulation in adulthood: Timing is everything. Current Directions in
Psychological Science, 10, 214-219. https://doi.org/10.1111/1467-8721.00152.
Gross, J. J. & Thompson, R.
A. (2007). Emotion regulation: Conceptual foundations. En
J. J. Gross (Ed.), Handbook of emotion regulation (pp. 3-24). Estados Unidos: Guilford Press.
Heckhausen, H. & Kuhl,
J. (1985). From wishes to action: The dead ends and short cuts on the long way
to action. En M. Frese y J.
Sabini (Eds.), Goal-directed behavior: Psychological
theory and research on action (pp. 134-160). Nueva Jersey: Erlbaum.
John, O. P. & Gross, J. J.
(2007). Individual differences in emotion regulation. En
J. J. Gross (Ed.), Handbook of emotion regulation (pp. 351-372). Estados Unidos: The Guilford
Press.
Jostmann, N. B. & Koole, S. L. (2010). Dealing with High Demands: The role of
action versus state orientation. En R. H. Hoyle
(Ed.), Handbook of personality and self-regulation (pp. 332-352). Singapur: Wiley-BlackWell. https://doi.org/10.1002/9781444318111.ch15.
Kuhl, J. (1985). Volitional
mediators of cognition-behavior consistency: Selfregulatory
processes and action versus state orientation. En J. Kuhl y J. Beckmann (Eds.), Action control: From cognition
to behavior (pp. 101-128). Berlín: SpringerVerlag. https://doi.org/10.1007/978-3-642-69746-3_6.
Kuhl, J. (1994). Actions and state
orientation: Psychometric properties of the action control scales (ACS-90). En J. Kuhl y J. Beckmann (Eds.),
Volition and Personality: Action versus State Orientation (pp. 47-59). Alemania: Hogrefe.
Kuhl, J. (2000). A functional-design
approach to motivation and self-regulation: The dynamics of personality systems
interaction. En M. Boekaerts,
P. R. Pintrich y M. Zeidner
(Eds.), Handbook of self-regulation (pp. 111-169). Estados
Unidos: Academic Press. https://doi.org/10.1016/B978-012109890-2/50034-2.
Kuhl, J. & Beckmann, J. (1994).
Volition and personality: Action versus state orientation. Alemania:
Hogrefe & Huber.
Mischel, W. (1973). Toward a cognitive
social learning reconceptualization of personality. Psychological Review, 80,
252-283. https://doi.org/10.1037/h0035002.
Morton, A. (2010). Epistemic
emotions. En P. Goldie (Ed.), The Oxford handbook of
philosophy of emotion (pp. 385-399). Oxford: Oxford University Press. https://10.0.4.69/oxfordhb/9780199235018.003.0018.
Muis, K. R., Psaradellis,
C., Lajoie, S. P., Di Leo, I. & Chevrier, M. (2015). The role of epistemic emotions in
mathematics problem solving. Contemporary Educational Psychology, 42, 172-185. https://doi.org/10.1016/j.cedpsych.2015.06.003.
Ochsner, K. N. & Gross, J. J.
(2007). The neural architecture of emotion regulation. En
J. J. Gross (Ed.), Handbook of emotion regulation (pp. 87-109). Estados
Unidos: Guilford Press.
Pekrun, R. & Linnenbrink-Garcia,
L. (Eds.) (2014). Handbook of
emotions and education. Nueva York: Francis & Taylor / Routledge.
Pekrun, R. & Stephens, E. J.
(2012). Academic emotions. En K. R. Harris, S.
Graham, T. Urdan, S. Graham, J. M. Royer y M. Zeidner (Eds.), APA educational psychology handbook (Vol.
2, pp. 3-31). Washington: American Psychological Association. https://doi.org/10.1037/13274-001
Peña, R. & Castañeda, S. (2016). Componentes
de personalidad en agencia académica: volición y regulación emocional. En S.
Castañeda y E. Peñalosa (Coord.), Fenomenología de Agencia Académica (pp.
305-321). México: Universidad Autónoma Metropolitana. https://www.academia.edu/34463098/Componentes_de_personalidad_en_agencia_acad%C3%A9mica_volici%C3%B3n_y_regulaci%C3%B3n_emocional.
Peña,
R., Castañeda, S. & Pérez, I. (2022). Inventario de habilidades matemáticas
y componentes no cognitivos del aprendizaje. Alternativas en Psicología, 1(48),
172-196.
Pérez,
I., Castañeda, S., & Peñalosa, E. (2016). Meta-Evaluador Web. En S.
Castañeda y E. Peñalosa (Coord.), Fenomenología de Agencia Académica (pp.
61-80). México: Universidad Autónoma Metropolitana. https://www.academia.edu/33688660/Meta_evaluador_Web.
Pérez,
E., Medrano, L. A. & Sánchez, J. (2013). El Path Analysis: conceptos básicos y ejemplos de aplicación.
Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 5(1), 52-66. https://www.redalyc.org/pdf/3334/333427385008.pdf.
Ross, D. (2007). Introduction:
science catches the will. En D. Ross, D. Spurrett, H. Kincaid, y G. L. Stephens (Eds.), Distributed
cognition and the will: individual volition and social context (pp. 1-16). Estados Unidos: The MIT Press. https://doi.org/10.7551/mitpress/7463.003.0001.
Trevors, G. J., Muis,
K. R., Pekrun, R., Sinatra, G. M. & Winne P. H.
(2016). Identity and epistemic emotions during knowledge revision: A potential
account for the backfire effect. Discurses Processes,
53, 339-370. https://doi.org/10.1080/0163853X.2015.1136507.
Weston, R. & Gore, Jr. P. A.
(2006). A brief guide to structural equation modeling. The counseling Psychologist, 34, 719-751. https://doi.org/10.1177/0011000006286345.